Un problema que nadie voltea a mirar

Es sumamente alarmante y desconcertante que un país como Panamá, que en estos momentos tiene una de las economías más pujantes de América Latina, donde se pretende seguir atrayendo la inversión extranjera, se reporten cifras tan altas de deserción escolar y sólo quede en simples estadísticas.

La repercusión social que esto significa es catastrófica para la sociedad panameña en su conjunto y veremos sus efectos negativos en un futuro no muy lejano.

Es desalentador que 73 mil estudiantes, 10 mil más que el año pasado, abandonen las escuelas; es muy probable que de este grupo saldrán los delincuentes que le robarán a usted y a mí, al pobre, al rico, a cualquier elite social. Estos son los futuros pandilleros, sicarios y narcotraficantes, y puedo seguir enumerando el fruto que se puede cosechar de una población que no estudia.

La deserción escolar es una temática que debe ser tratada con prioridad. Se deben tomar acciones inmediatas para mediatizar esta crisis; este problema social debe preocupar a toda la ciudadanía, y reclamar una respuesta pública al Gobierno, exigirle una estrategia para solventar este problema.

No he visto ni escuchado ningún grupo organizado que haga sentir su voz frente a esta problemática. Sobre este tema nadie hará huelga ni cerrará calle, pensamos que este es un problema que no nos compete, cuando en realidad se trata de una de las causas principales de la delincuencia, que tiende a afectarnos a todos.

Después no nos quejemos, lloremos y suframos la inseguridad que se vive en las calles; sólo a través de la educación, lograremos disminuir la delincuencia.

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