El cántico de fútbol costarricense es distinto a lo que se acostumbra a escuchar en el Rommel Fernández. En el estadio semivacío se escuchaba a los cientos de costarricenses cantando a todo pulmón letras de fútbol.
En la segunda jornada, no falló el buen ambiente de los extranjeros. Salvadoreños, guatemaltecos y ticos eran los más. Las banderas y los colores vistieron un coliseo nacido para grandes eventos.