El mayor hacedor de santos de la historia de la Iglesia Católica, el difunto Papa polaco, podría alcanzar la gloria de los altares en un tiempo récord, con el nombre de "Juan Pablo II, el Grande".
El haber intercedido en al menos dos milagros, reivindicados en México y Colombia, le abriría un camino rápido hacia los altares, ya que se necesitan dos milagros comprobados para ser canonizado.