La guerrilla de las FARC lanzó un nuevo reto al gobierno de 'mano dura' del presidente Alvaro Uribe al matar a 17 militares en una emboscada en el departamento de Arauca (este), continuando con una escalada que inició en febrero y con la que rompió su aparente repliegue.
El ataque con explosivos, ocurrido el miércoles en la noche, se cobró las vidas del comandante de un batallón de contraguerrillas, cuatro suboficiales y doce soldados.
Otros dos militares quedaron gravemente heridos.
Los guerrilleros, pertenecientes al décimo frente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), colocaron las cargas explosivas a uno y otro lado de la vía entre las poblaciones de Fortul y Tame, por donde se desplazaban los militares, dijo a la AFP el general Gustavo Matamoros, comandante de la Brigada número 18 del Ejército con sede en Arauca.