La fragilidad de las uñas constituye un problema muy frecuente que, aunque no grave, puede preocupar a la persona que lo sufre, debido a sus repercusiones estéticas. Todo esto hace que la fragilidad de las uñas sea uno de los principales motivos de consulta con referencia a las uñas en la consulta del dermatólogo.
Todos los pacientes con uñas frágiles deben mantener una serie de cuidados higiénicos sencillos, pero que deben ser seguidos de forma escrupulosa como parte fundamental de la resolución del problema. Las uñas deben mantenerse limpias y cortas, cuidando periódicamente el borde libre con una lima suave. Además, debe evitarse la inmersión repetida de las manos en agua y el contacto con jabones, detergentes o productos químicos en general. Es recomendable utilizar guantes de goma o plástico, siempre que tengan una cubierta interior de tejido, o se utilicen sobre unos guantes de algodón. Hay que tener en cuenta que es contraproducente usar guantes con el interior húmedo por la sudoración, ya que empeorará el problema de las uñas.