El conocido periodista y relacionista público Máximo Olaya atraviesa una delicada situación de salud y su familia y amigos elevamos oraciones al Todopoderoso para que salga bien librado de la enfermedad que lo mantiene internado en el Hospital Especializado de la Caja de Seguro Social.
Máximo Olaya ha laborado por más de treinta años en el Ministerio de Gobierno y Justicia, entidad a la que ha ofrecido la mayor parte de su vida y energías. Lamentablemente sus méritos no han sido reconocidos.
Sin embargo, quienes le conocemos sabemos que jamás se ha quejado y, al contrario, siempre ha sido evidente su compañerismo, humanismo y bondad.
Olaya cumplirá 54 años el próximo 27 de mayo, lo que indica que desde su juventud ingresó a la estructura laboral del ministerio, cuyos vaivenes forman parte de la historia nacional. Allí ha entregado todo, pero no ha podido tener acceso a un salario digno después de tres décadas de arduo trabajo.
Su desenvolvimiento como relacionista público es meritorio, porque Olaya se ha convertido en una institución en esta dirección y sirve de modelo para los nuevos funcionarios que a ella ingresan. Quien haya pasado por la oficina de Relaciones Públicas de Gobierno ha recibido algo de su influencia y su conocimiento, porque Máximo es un hombre humilde y espléndido para compartir su sabiduría.
También ha logrado destacar en varios campos dentro del periodismo, sobre todo en radio KW Continente, donde su estilo de redactar y sintetizar una información ha sido un ejemplo para los noticiarios de los demás medios radiofónicos.
Los periodistas son los obreros de la palabra que no tienen horario de entrada ni de salida, se enfrentan a sinsabores y desasosiegos que quebrantan sus condiciones socioeconómicas y no han podido contar con el apoyo de gremios luchadores que se involucren en cada caso, como ahora le ocurre a Olaya quien, junto a su familia, atraviesa momentos verdaderamente difíciles.
Como esposo y padre Máximo es abnegado, enfrentando además, los retos de tener un hijo con problemas de discapacidad, sin que esto haya borrado su sonrisa ni amargado su carácter.
Es difícil entender como este hombre ejemplar no ha podido recibir atención ni de los gremios ni del gobierno, cuando debería obtener una distinción nacional, de esas que con tanta frecuencia se conceden a personas con méritos menos abundantes y que en el caso de Máximo Olaya, es casi una obligación.
Elevamos desde esta tribuna una petición formal, en nombre de su familia y amigos, a su Excelencia, la Ministra Olga Golcher, para que se le haga un aumento salarial y un reconocimiento a la trayectoria institucional de este digno y valioso profesional de la comunicación social de Panamá.
