El presidente de Bolivia, Evo Morales, anunció este sábado un proceso de recuperación e industrialización de recursos naturales, tras haber nacionalizado el gas, y propuso un pacto social en el marco de una Asamblea Constituyente, al evaluar sus primeros seis meses de gestión.
El gobernante estimó que lo hecho hasta ahora por su Gobierno representa el "primer paso" en el tránsito a la transformación histórica del país, según un manifiesto político difundido con su firma en el remoto poblado andino de su Orinoca natal, donde evaluó el primer tramo de su administración de cinco años.
El mandatario socialista de origen indígena recuperó para el Estado el control de los hidrocarburos, hasta el 1 de mayo en poder de multinacionales, y ganó holgadamente la elección de una Asamblea Constituyente, que será instalada el 6 de agosto venidero.
Estas acciones, además de otras en el campo de la salud y la educación, garantizarán una "transformación democrática, cultural y pacífica" en Bolivia, según Morales, de 47 años de edad, primer presidente indio en la historia boliviana de casi dos siglos.
Acompañado de todos sus ministros recibió el homenaje de cientos de campesinos que se movilizaron de regiones aledañas para destacar la inédita visita de un jefe de Estado a ese poblado andino, que se encuentra entre los más pobres del país.
Orinoca esta situada a 350 kilómetros al sudeste de La Paz y es sede de la primera radiodifusora comunitaria que Morales inauguró este sábado como parte de un proyecto impulsado por la cooperación venezolana y cubana, que pretende poner en el aire 30 estaciones de radio en las poblaciones más depauperadas.
"Siento que hasta ahora no nos hemos aplazado, ni como presidente ni como Gobierno, esto nos da más fuerza para responder a la expectativa que hay, no solamente en Bolivia, sino en el mundo", puntualizó Morales.
El presidente estimó que "sólo un modelo de independencia económica y soberanía política hará posible la justicia social y la descolonización del Estado por la que lucharon los movimientos sociales a lo largo y ancho del país", y ratificó el desafío de poner en marcha un nuevo pacto social entre las regiones, las clases sociales y las naciones que conforman Bolivia.
Luego de expresar su convicción de que la Asamblea Constituyente profundizará su política de nacionalización de hidrocarburos, que estaba en manos de privados, Morales anunció un manifiesto político que será la línea maestra para llegar a las metas fijadas en el Plan Nacional de Desarrollo.
El documento, titulado "Manifiesto de Orinoca", leído por el ministro de la presidencia, Juan Ramón Quintana, resume los seis meses de gestión y remarca que "se trata de un movimiento nacional, popular, indígena y de izquierda. Un movimiento de conciencia y no de prebenda. Un movimiento que apela a la movilización y al debate social, y no al marketing electoral. Un movimiento basado en propuestas y no en promesas demagógicas".
Morales destacó también su triunfo electoral del 18 de diciembre con el 54% de los sufragios y en la designación por las urnas de la Asamblea Constituyente, el 2 de julio último.
"Estas victorias nos permitieron avanzar en estos seis meses en la construcción de un nuevo Estado y un nuevo proyecto de desarrollo que deje atrás al Estado neoliberal que condenó a los bolivianos a la pobreza, a la sumisión y al atraso", subraya el Manifiesto.
El documento sostiene que "sólo algunos sectores minoritarios se resisten a perder sus privilegios" y los acusa de carecer de proyecto y liderazgo.
En una corta alocución, Morales no abundó en detalles sobre los logros de su gestión porque dijo que su presencia en Orinoca tenía el propósito de festejar con los compañeros de su niñez y los pobladores de su pueblo natal, desde donde emigró al Chapare, región que posteriormente se convertiría en su feudo político hasta llegar a la presidencia de Bolivia.
