Firme y sigiloso. Con estos adjetivos se podría definir el trabajo que día a día realiza en las fincas menores de los Medias Blancas de Chicago, el prospecto panameño Javier Castillo.
Oriundo del sector de Llano Bonito en el corregimiento de Chitré, provincia de Herrera, Castillo se ha erigido como la gran sensación panameña en las ligas menores durante la temporada 2004.
Firmado en el año 2001 por el scout bocatoreño Miguel Ibarra, luego de participar en el torneo juvenil de ese año para su natal Herrera, Castillo está dando mucho de qué hablar, sobre todo con su gran trabajo en el terreno, a tal punto de que se le considera una pieza clave en el engranaje ofensivo de su equipo Bristol White Sox de la Appalachian League, categoría Rookie.
Sin concluir la jornada de ayer, Castillo presentaba un promedio ofensivo de .309 (sexto mejor del equipo). Además acumulaba 47 hits (segundo mejor del equipo), 30 carreras anotadas (líder en su equipo), 8 dobles (segundo en el equipo), 27 empujadas (segundo mejor de su novena) y como si fuera poco era el colíder en su equipo en vuelacercas con 5 (empatado con su paisano Manuel Rodríguez L.).