Después de un largo cautiverio, la suerte del ex dictador Manuel Antonio Noriega es aún más incierta que hace 17 años, después que el juez William Hoeveler rechazó el "Hábeas Corpus", solicitado por sus abogados.
El proceso de extradición a Francia se mantiene en firme. Aunque, los abogados Frank Rubino y Jon Way anunciaron que recurrirán el fallo ante el Undécimo Tribunal de Apelaciones de Atlanta, las cartas se encuentran sobre la mesa y aparentemente no favorecerán a Noriega.
Hasta ayer, las autoridades de la prisión no habían recibido ninguna notificación de las autoridades judiciales en torno a a extradición.
A menos que fallen a su favor, en cualquier momento, el cuerpo de USS Marshall, llegará ante las puertas de la prisión federal de Miami para reclamar a su prisionero extraditable para trasladarlo en un vuelo directo a la "Ciudad Luz", donde lo espera una celda fría y oscura.
Francia habló claramente de que no le otorgará el status de prisionero de guerra. Quizás esa sea la mayor preocupación de las autoridades norteamericanas, pero no porque le interesa mucho la suerte del exgeneral, sino porque ellos tienen soldados en todas partes del mundo y evitan establecer precedentes que mañana pueda ser utilizado, cuando uno de los suyos se encuentre envuelto en una situación algo similar a la de Noriega.
En Panamá, los sentimientos son encontrados: algunos favorecen su extradición a Paris; otros los quieren de vuelta, para que pague sus condenas y los hay, quienes quieren darle una bienvenida de amigo.
La verdad es que Noriega es una "Papa Caliente" que "quema mucho" y muchos prefieren mantenerlo lejos.