Un ejemplo digno de imitar. La Escuela de Majara posee una linda granja, de gran utilidad para los estudiantes, ya que todo lo que se cosecha en este huerto revierte en el comedor del plantel.
Este elemento ha contribuido a lograr que en este colegio no haya deserción, ya que el estudiante acude diariamente motivado por el plato de comida que recibe, con lo cual se ha permitido que mejoren sus condiciones físicas, sobre peso y talla, debido a su comida diaria.
El Ministerio de Educación a través del Departamento de Nutrición ha implementado esta escuela granja, dotándolos para eso con gallinas ponedoras, carneros, iguanas, naranjas, otoe, ñame, yuca, plátano, frutas y legumbres.
La Escuela de Majara, que debe su nombre a un cacique que habitó estas tierras, según cuentan sus habitantes, cuenta con 100 estudiantes, que además de estar muy bien educados, contribuyen con su trabajo en el cultivo de los alimentos que ellos reciben.
Aunque se trata de una escuela multigrado, con 4 docentes, bajo la dirección de la dinámica educadora, Isabel Medina, junto a los padres de familia, trabajan hombro a hombro, para echar adelante el hermoso huerto, en donde las mujeres aportan su mano de obra.
Curiosamente, la Escuela de Majara es una de las pocas que no recibe alimentos del Fondo de Inversión Social, ya que no les ha sido posible incorporarlos, porque al momento de evaluar la talla y peso de los estudiantes no clasifican para este beneficio.
Sin embargo, se está tratando que el FIS incorpore a la Escuela de Majara para que también reciban sus alimentos, porque se trata de una escuela humilde, que merece incentivos, puesto que hace poco recibió el premio de Escuela Bella, entre 30 que participaron.