La escena era dantesca: cuerpos mutilados regados entre los caminos del caserío, sangre salpicada en las paredes de las viviendas, suelo revuelto por las pisadas de pesados animales, y la desolación pintada en los rostros de los sobrevivientes.
Ese era el cuadro, con más o con menos, el que se veía después de que los Druidas, de tendencia satanista, celebraban cada año, el 31 de octubre, la noche del Samhain, (pronunciado Sa-ma) mejor conocido como el festival de la muerte.
Los druidas eran sacerdotes satánicos que literalmente controlaban la vida de las personas a través de un mecanismo de temor. Mucha muerte, enfermedades y destrucción les sobrevino a los Celtas como resultado de los Druidas y sus prácticas.
En Panamá, de herencia cultural más centrada, pareciera que un pequeño sector social ha sido salpicado con las influencias malignas de los druidas, cada vez que aparecen víctimas fatales de la violencia.
NOCHE DE TERROR
Sofía, una jovencita de 17 años, residente en Panamá Viejo, se prepara para salir a "celebrar" esta noche el halloween. "Me disfrazaré de bruja y mi novio se vestirá de drácula", detalló.
Los disfraces de esta pareja imitan la vida de esos seres perversos cuyas historias revelan su actuar destructivo hacia los demás.
Es que muchos panameños se aprestan a celebrar este día, pero no conocen el significado macabro que encierra ese proceder.
HALLOWEEN
El sólo evocar la palabra halloween, es para muchos motivo de polémica, debido a que esta festividad, celebrada especialmente en Estados Unidos y algunos países europeos, no es bien vista en naciones como Panamá, específicamente por motivos religiosos y culturales.
Según los detractores de la celebración, detrás de la misma hay intenciones ocultas que rayan desde exaltar lo pagano, hasta aprovechar esta fiesta para realizar ritos que van en contra de las tradiciones religiosas.
ORIGENES
El halloween es una fiesta proveniente de la cultura celta, y deriva de la palabra inglesa "All Hallows Eve", que significa en la Víspera del Día de Todos los Santos.
Esta fiesta se remonta a hace dos mil 500 años, cuando el año celta terminaba con el verano boreal, precisamente el 31 de octubre de nuestro calendario. El ganado era llevado de los prados a los establos para el invierno. Ese último día, se supone que los espíritus podían salir de los cementerios y apoderarse de los cuerpos de los vivos para resucitar.
Para evitar esto, los poblados celtas ensuciaban las casas y las decoraban con huesos, calaveras y demás cosas desagradables, de forma que los muertos pasaran de largo asustados. De ahí viene la tradición de decorar las casas en la actual víspera del Día de Todos los Santos, y de colocarse disfraces. Es por esto por lo que el halloween es considerado como celebración pagana.
DEL AYER AL HOY
Con la llegada del cristianismo a Europa, la Iglesia de Roma decide retomar la festividad celta y convertir la festividad al catolicismo, instituyendo el 1 de noviembre como el Día de Todos los Santos, que en Inglaterra, donde existía el problema, se denominó traduciendo literalmente All Hallows Day, y a la noche anterior como All Hallows Eve. Con las deformaciones del idioma quedó Halloween.
La fiesta pagana fue traída a los Estados Unidos por inmigrantes irlandenses que en 1840 le agregaron la tradición de disfrazarse y el colocar una calabaza hueca con una vela en el medio. No fue hasta 1921 cuando el Halloween empezó a celebrarse masivamente en Estados Unidos, con un desfile para la ocasión en el estado de Minessota. Posteriormente, la costumbre se trasladó hacia otro estado de la Unión Americana y a finales de la década de los 70 se internacionalizó.
POSICION RELIGIOSA
En casi todo el mundo, las agrupaciones cristianas ven con malos ojos la celebración del Halloween y no participan de ella, y han dejado clara su posición, al tiempo que instan a sus feligreses a tomar conciencia de los orígenes paganos de la fiesta y a no participar de ella.
�scar Rodríguez, párroco de la Basílica Menor Don Bosco, en Calidonia, afirmó que los bautizados en la fe cristiana deben ser conscientes en que no pueden inmiscuirse en celebraciones de origen pagano que no van en nada con la fe que está basada en Cristo, que es verdad, camino y vida.
Según el sacerdote, el Halloween es una fiesta que no tiene nada que ver con la cultura de nuestros pueblos, y opaca la celebración de la solemnidad de Todos los Santos, que es la fiesta de todos aquellos que han muerto en amistad con Dios, y que se celebra desde la misma noche del 31 de octubre.
Hizo un llamado a los cristianos en general, a no prestarse para utilizar celebraciones como la del Halloween, para participar de "bacanales", "ritos" y todo aquello que va contra la moral, la dignidad de las personas y que fomente las supersticiones.
El párroco recomendó que las escuelas utilicen el 31 de octubre para fomentar en la niñez, un día para agradecer a Dios, las cosas buenas que les ha dado y no para exaltar las creencias en seres como las brujas, que no existen, y esto lo deja muy claro el libro del Deuteronomio 18, 9-12.
