Es contradictorio llamarle piropo a las atorrancias que con frecuencia algunos que se dicen caballeros dicen a las féminas. La intención de un piropo debe ser halagar a las chicas, no repelerlas.
Ver a una hermosa dama pasar por la avenida, para algunos hombres, puede servir de inspiración poética y para otros de inspiración sexual: lujuria. Sin embargo, algunos prefieren guardar silencio y contemplar la belleza de la creación, como quien se detiene a ver la belleza de una flor en un jardín. Esta frase la usa mucho un amigo de esta columna.
"Oye mami, 'tas buena..."; "si como camina cocinas humm..."; "Belleza...quisiera revolcarme en la cama contigo para convertirme en un mafá humano". Expresiones como éstas se alejan del propósito que persigue el hombre, que es halagar a la dama, por lo que se recomienda ser más educados a la hora de decir algún piropo a cualquier mujer.
No somos expertos en el tema, pero podemos recomendarte ciertas ideas que nos han llegado, desde Gabriel García Márquez hasta Juanito El Rareza.
Si quieres hacer sentir bien a tu novia, puedes comenzar con decirle: "Te amo, no por lo que eres, sino por quien soy cuando estoy contigo" o tal vez este: "A través de tus ojos puedo estar seguro de amarte tanto, porque me enamorado de tu propia alma"; "Mi vida sale de las tinieblas cuando me regalas una sonrisa que ilumina mi corazón".
Muchos hombres no entienden que las chicas en verdad son rosas que caminan. No entienden lo frágil que son en materia de amor, por eso lanzan sus porquerías verbales que lastiman sus pétalos.
Para una dama, no hay mejor fórmula que hablarle el mismo idioma. Ella, tarde o temprano, escogerá a su príncipe. Aquí no importa la cantidad de piropos, sino la sinceridad del mensaje.