El oficio más antiguo de la humanidad, la prostitución, se está convirtiendo en un dolor de cabeza para las autoridades de varios corregimientos de la ciudad capital, que no pueden controlar la actividad que se da principalmente en los alrededores de hoteles, bares, y otros centros de diversión nocturna.
Con el aumento del número de turistas que están ingresando al país, también va en incremento el número de mujeres y hombres que se ubican en las proximidades de estos sitios a dar sus servicios sexuales de forma clandestina.
Las autoridades consideran a la prostitución clandestina como un problema, porque al no tener un control sobre estas personas, crece el riesgo de la proliferación de enfermedades.