La familia Ibarra en El Rosario de Penonomé no ha perdido la tradición y a diario ellos realizan la molienda. Un negocio que les da el sustento familiar y que además los mantiene unidos.
La molienda es un trabajo muy duro que requiere de esfuerzo y audacia de quienes lo hacen, y para la familia Ibarra es importante, porque ellos trabajan en su casa donde tienen el tradicional trapiche y el fogón para cocinar el caldo, que luego será miel y posteriormente, la raspadura o dulce como se le llama.
Rodrigo Ibarra es el jefe de la familia y a pesar de estar jubilado ha dedicado su vida a la molienda porque considera que la finca no se puede dejar perder y menos cuando la situación económica es crítica y todo está caro. Con la molienda logra unos dólares para el sustento familiar.
El se levanta a las cinco de la mañana a buscar la caña con su hijo en una carreta, la caña está cerca del río, pero esto no es impedimento para que ellos trabajen. Al llegar al trapiche inicia la molienda, luego los tanques de caldo de caña pasan a una paila gigante donde por una hora se cocina hasta que sea miel.
Cuando la miel está lista, se baja la paila, y don Rodrigo con sus familiares la depositan en los moldes para que allí se ponga dura y la raspadura está para salir a venderla. Para esta familia esta tradición en su casa no se perderá porque es sustento, y además, es una manera divertida y rentable de trabajar.