Hay una campaña muy buena sobre el cigarrillo en un medio televisivo local. En este canal pasan a un hombre robusto con unas letras que dice: "Este es fulano cuando se moría por fumarse un cigarrillo". Poco después, pasan otra imagen del mismo hombre años más tarde en la cama de un hospital. El sujeto se veía como un cadáver. No tenía cabello. La angustia de una hija y una esposa se logran percibir a la izquierda de la pantalla. Esta gráfica tenía otro cintillo, pero este decía: "este es fulano cuando se moría de cáncer".
El relato anterior deseo reenfocarlo, pero esta vez en el plano de la sexualidad. Quiero hablarte a tí. Tu, que tienes una vida por delante, no te dejes influenciar de los demás cuando te hablan de centros de perdición donde usar el pene cuesta B/.10.00 por 15 minutos de placer. A pesar que las prostitutas primero agarran tu pene y estiran bien el condón, recuerda que ellas -al igual que tú- están jugando a la ruleta rusa: ese látex se puede romper en cualquier momento.
No queremos decir: Este es Carlos cuando se moría por comerse a una mujer en el mercado y mucho menos queremos colocar otra imagen con tu rostro años más tarde para no tener que escribir: Este es Carlos, quien se está muriendo de SIDA.
La enfermedad ha cobrado muchas personas. Ha habido hogares en donde se muere un familiar de repente y queda un misterio llamado SIDA detrás de ese ataúd.
Los panameños debemos dejar de lado las escondidas. No hay que tapar, no hay que ocultar que algún pariente fue víctima de este mal. Tenemos que alertar a los chicos que entran con bríos a la adolescencia. No hay que ser libres para romancear. El sexo se instituyó para practicarlo con la mujer que amamos. No con la que se nos pone en frente.
Recuerda amigo, un condón no salva. Si hoy tienes una movida, piénsalo 10 veces.
