Un dolor persistente y prolongado representa un problema para muchas personas, sobre todo, para los adultos mayores.
Problemas como el cansancio, para dormir, irritabilidad, tensión nerviosa, depresión, angustia y abstinencia de las actividades cotidianas. La artritis, los problemas de la espalda, las lesiones deportivas recurrentes, el daño de los nervios, el cáncer y muchos otros padecimientos pueden causar dolor crónico.
"Para dominar el dolor crónico es importante usar tanto la mente como el cuerpo porque el dolor con frecuencia tiene elementos tanto mentales como físicos. Lo que usted siente y piensa acerca del dolor puede influir en cuán adolorido se siente" afirma la doctora Aminta Quiróz.
Es posible que sienta dolor más fuerte si está angustiado, enojado o frustrado, o si siente que no puede dominar ese malestar. Si puede luchar mentalmente contra el dolor, tal vez descubra que lo puede controlar mejor y que así el dolor interfiere menos con su vida.
No hay una forma mágica de contender con el dolor crónico, sin importar cuál sea la causa. Sin embargo, tal vez le ayude seguir los siguientes consejos para contender con los aspectos físicos y mentales del dolor crónico.
Para lograrlo, controlar el dolor, tal vez tenga que aceptar que el dolor no va a desaparecer, pero usted puede tomar medidas para controlarlo e impedir que le afecte mucho la vida.
Sea optimista. Reconozca los pensamientos negativos que tenga, como "El dolor nunca va a disminuir" o "El dolor siempre va a impedir que juegue con mis nietos". Sus pensamientos pueden afectar la forma en que percibe el dolor.
Fíjese cómo influyen sus pensamientos, su estado de ánimo y sus actividades sobre el dolor. Apunte cuánto dolor siente bajo diferentes circunstancias, varias veces al día, durante varios días. Tal vez descubra que el dolor se vuelve más intenso durante o después de ciertas actividades o cuando usted tiene ciertos sentimientos.
Trate de relajarse. El dolor crónico causa estrés y tensión y éstos a su vez pueden hacer que el dolor empeore. Pruebe las técnicas de relajación que aparecen en "Técnicas de relajación" en "Tensión nerviosa o estrés". Para aprender las técnicas de relajación es necesario ensayar. Por lo tanto, no abandone un método sino hasta que lo haya probado durante 2 semanas. Si un método no le da resultado, pruebe otro.
Si su médico le ha recomendado o le ha recetado medicamentos contra el dolor, tómelos en la dosis correcta y según el horario indicado.
Haga ejercicio con regularidad. Pruebe ejercicios que no le empeoren el dolor. La natación, los ejercicios aeróbicos acuáticos, las caminatas y el ciclismo en bicicleta estacionaria son buenas opciones. Haga los ejercicios de estiramiento todos los días. Además pregúntele a su médico si la fisioterapia sería provechosa para usted.
Vea si le ayuda recibir masajes o aplicarse frío o calor. Haga lo que le dé mejores resultados.
Asegúrese de dormir lo suficiente. Si el dolor le interrumpe el sueño con frecuencia, hable con su médico.
Cambie la forma en que hace sus actividades cotidianas para que le causen menos dolor. A algunas personas les ayuda usar bastones, soportes para los pies, herramientas especiales para el hogar y otras cosas parecidas.
Piense en complementar la atención médica que recibe con otras terapias, como biorretroalimentación, acupuntura y yoga. Sin embargo, no use esas terapias como sustitutos de la atención médica. Vea "Medicina complementaria".
�nase a un grupo de apoyo. Si usted y su familia pasan tiempo con otras personas que tienen el mismo problema que usted, es posible que descubran formas de contender con el dolor y de aceptarlo. Quizás eso también les ayude a sentirse menos aislados.
Nadie tiene que sufrir de dolor no controlado. Llame a un profesional de la salud si el dolor crónico está afectando la calidad de su vida. El tratamiento probablemente no podrá eliminar el dolor por completo. No obstante, sí podrá hacer que disminuya y que afecte menos su vida.
