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El Real Madrid cae en Moscú con un gol encajado en el minuto uno

El campeón de Europa sumó su tercer partido consecutivo sin ver puerta, pero es que además volvió a dejarse sorprender al comienzo del partido.
Nikola Vlasic saca el disparo para anotar el gol del triunfo./ Foto AP

Nikola Vlasic saca el disparo para anotar el gol del triunfo./ Foto AP

Por: España / EFE -

El Real Madrid cayó ante el CSKA Moscú (1-0) con un gol encajado en el primer minuto de juego, derrota que pone en un aprieto al técnico blanco, Julen Lopetegui, que afronta su primera crisis desde que asumiera el cargo.

El campeón de Europa sumó su tercer partido consecutivo sin ver puerta, pero es que además volvió a dejarse sorprender al comienzo del partido.

Como ocurriera en este mismo escenario, el estadio Luzhnikí, con España en los octavos de final del Mundial, el equipo madridista no pudo romper la muralla rusa, defendida por el mismo portero, Ígor Akinféev.

La segunda unidad decepcionó. Ceballos no se encontró cómodo en ningún momento del partido. Asensio no asumió galones. Y la delantera echó mucho de menos a Bale.

Fue un ejercicio de impotencia que llevó a muchos a acordarse de Cristiano Ronaldo y a pedir a gritos la entrada de Mariano por Benzema.

Pese a las ausencias de Ramos, Marcelo, Isco y Bale, Lopetegui no varío su sistema y salió de inicio con su clásico 4-3-3. Para ello, dejó en el banquillo a Modric e introdujo a Lucas Vázquez en sustitución de Bale.

Pese a las sospechas del técnico madridista, el CSKA salió con cuatro defensas y un esquema muy ofensivo, que acabó sorprendiendo a los actuales campeones de Europa.

No había pasado ni siquiera un minuto cuando un fallo garrafal de Kroos propició el primer gol del encuentro.

El alemán quiso devolver de primeras a la defensa, pero acabó entregando el balón al croata Nikola Vlasic, que encaró a Varane, lo superó y su disparo raso con la zurda superó a Navas (min.1).

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El Luzhnikí, que presentaba una entrada similar a la de la final de la Copa Mundial entre Francia y Croacia, se convirtió a partir de entonces en una olla a presión para el equipo blanco.

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