Opinión - 28/9/15 - 12:00 AM

Cómo aprendí a aceptar mi insomnio

Por: Tomado BBC Mundo -

¿Tiene el insomnio un lado positivo? Es una pregunta que se hace el escritor Will Self, despierto durante la noche. Estas son sus reflexiones.

El título del libro de Jonathan Crary, recientemente publicado, lo dice todo "24/7: Late Capitalism and the Ends of Sleep ("24/7: El capitalismo tardío y el fin del sueño"). Con lo que quiero decir que, al igual que ocurre con las mejores polémicas, como el "Manifiesto Comunista" o "Una Modesta Proposición", la idea central se resume en su título.

Mi guardia ya estaba abajo, como una preparación involuntaria para recibir el punto central de Crary, que es el siguiente: los procesos que asociamos con la vida económica contemporánea se están moviendo inexorablemente a privarnos de nuestro sueño.

Porque una persona que duerme no es un consumidor en lo absoluto: es incapaz de introducir el código de seguridad de su tarjeta de crédito en una página web y tampoco es que sea muy bueno trabajando.

Y, además, es difícil para el aparato de seguridad del Estado mantener bajo vigilancia a quien está durmiendo, ya que sin un electroencefalograma en tiempo real es imposible saber lo que está soñando e, incluso con uno, no se puede saber si sus sueños tienen una naturaleza potencialmente traidora o terrorista.

Donde yo tal vez me separo de Crary es en su afirmación de que el capitalismo es el único sistema económico insomne.

Estoy bastante seguro de que había insomnio en Stalingrado, y muy posiblemente en la antigua Sumeria. Aunque admito, hay algo acerca de nuestra existencia contemporánea, especialmente en las grandes y bulliciosas ciudades, que parece totalmente hostil a un buen descanso en la noche.


EDICIÓN IMPRESA

Portada Diario Crítica