Propiedades curativas del tamarindo
El tamarindo es un árbol, siempre verde, originario de África, que se conoce en botánica con el nombre de Tamarindus indica.
Desde épocas antiguas, el tamarindo ha sido utilizado no solo como alimento curativo, sino también como un elemento purificador. En este sentido, los caldeos usaban el tamarindo durante la práctica del exorcismo.
La fruta del tamarindo es una rica fuente de vitaminas del complejo B y C, E, igualmente, contiene minerales como el potasio, hierro, fósforo, magnesio, calcio y un altísimo contenido de fibra, ácidos tartárico y cítrico.
El jugo concentrado, con propiedades laxantes, se usa para combatir los estreñimientos leves en las personas mayores y las embarazadas, reducir fiebres y aliviar enfermedades del bazo y, de forma externa, para sanar el pie de atleta y hongos en los pies.
En la medicina natural, las hojas y la corteza del árbol de tamarindo se emplean para aliviar hinchazones en las articulaciones, descongestionar el hígado, calmar las náuseas, aliviar las hemorroides sangrantes y evitar el vómito. También se recomienda para inducir el apetito, evitar la insolación y agilizar la memoria.
Remedios
Para combatir el estreñimiento: Hervir 50 gramos de pulpa de tamarindo en un litro de agua, por 20 minutos. Colar y tomar 2 o 3 lazas diarias.
Para reducir fiebres: Mezclar la pulpa madura de dos frutas junto a dos tazas de agua helada y una cucharadita de miel. Tomar una taza y apreciar si en 30 minutos se ha bajado la fiebre. En caso contrario, tomar otra taza.
Para los casos de hinchazón en las articulaciones: Lavar y machacar un puñado de hojas de tamarindo hasta formar una pasta, con un poco de agua caliente. Colocar sobre una gasa y aplicar, a modo de cataplasma, sobre la zona afectada y dejar puesto hasta que se enfríe.