�Cuántas lecciones de vida, cuántas experiencias agradables, cuántos conocimientos nos hemos perdido por andar perdidos, con la mente en la nebulosa?
Algunos de nosotros estamos tan distraídos en nuestra existencia, que en ocasiones se nos presentan frente a nuestras narices oportunidades grandiosas y las dejamos pasar. De hecho, no es sino cuando otro nos lo hace saber que nos damos cuenta de la barrabasada que hemos cometido. Y las oportunidades que no se aprovechan, no suelen regresar.
De igual forma, percances o calamidades nos ocurren porque andamos como dormidos, pensando en "pajaritos preñados". Ejemplo clásico de esto son los accidentes de tránsito causados por distracción en el manejo.
Este mundo es de la gente despierta, que está atenta a lo que sucede a su alrededor. El que siempre está listo, el que se mantiene con los ojos bien abiertos tiene casi garantizado el éxito en cualquier actividad.
Si en efecto usted anda como perdido, es probablemente porque tiene demasiado tiempo libre a su disposición. Esto significa que es su deber ocuparse en algo, algún pasatiempo productivo u actividad benéfica para su mente y su cuerpo.
También suele suceder lo contrario. Algunos nos llenamos la mente de tantas responsabilidades, trabajos, citas y cuentas pendientes que es imposible mantenernos a tono con todo lo que sucede al mismo tiempo. Al final, estamos tan atareados que quedamos "tostados" del cerebro, e incapaces de responder a la velocidad que se requiere.
Lo que aquí corresponde es tomarnos un breve descanso, de ser posible, para recargar baterías y reenfocarnos.
Lo importante es mantenerse alerta, porque ya sabemos lo que le pasa al camarón que se duerme.
