La Voz Del Interior - 13/7/14 - 01:31 AM

Carro centenario

En Bocas del Toro hay un carro bomba que este año cumple un siglo de edad, aún funciona, y en las últimas semanas ha sido motivo

Leonardo Machuca

En Bocas del Toro hay un carro bomba que este año cumple un siglo de edad, aún funciona, y en las últimas semanas ha sido motivo de protestas, el despido de 4 bomberos y la renuncia de otros 25.

Se trata de un auto construido en Inglaterra, traído a Bocas del Toro por gestión del embajador inglés destacado para principios del siglo pasado en Panamá cuya sede era Isla Colón donde además había otras embajadas como la de Francia y Hong Kong.

El vehículo, que se ha transformado en el consentido histórico de los isleños, fue pedido a la medida, por tratarse de una isla sin una red de distribución de agua y mucho menos sin hidrantes, el aparato fue especialmente diseñado para usar agua salada, tiene llantas imponchables, usa gasolina y arrancaba con el giro de una palanca o cran como popularmente se le conoce, el mecanismo simple para las fechas actuales, pero innovador para esa época, consiste en una bomba que succiona agua desde el extremo de una manguera sumergida en el mar e inmediatamente la dispara con fuerza por otra manguera apuntada al fuego, así lo narró Lucion Alexis Hidalgo, bombero voluntario desde hace 41 años, quien además ha seguido de cerca la historia del auto.

Siguió narrando y dijo sentirse orgulloso de haber pertenecido al cuerpo de los “camisas rojas”, que entre los incendios más grandes atendidos con este auto, aún cuando no recuerda las fechas, sí recuerda que fueron en calle primera al lado del edificio de la Policía, entonces se incendio un hotel recién construido y por el descuido de un cliente que dejo un cigarrillo encendido.

El fuego fue tal, que el calor y el fuego alcanzaron parte del edificio de la Policía y explotaron algunas balas y la situación fue tal, que los detenidos —que no recuerda cuántos— fueron llevados en lancha hasta cierta distancia mientras controlaban el fuego.

Otro de los incendios fue en avenida Rusbel, se trató de una casa de dos pisos prestada por Vicente Contreras, ya difunto, para albergue de estudiantes provenientes de Almirante, Changuinola, Guabito y otros puntos de la provincia, pues quien quería estudiar a nivel de secundaria debía viajar a Isla Colón al colegio Josué Ibarra.

Recuerda que la campana sonó un día temprano, se incendiaron tres casas en calle quinta, en otra fecha se prendió un almacén en calle sexta y así consecutivamente, fueron muchos los incendios grandes y pequeños atendidos con el vehículo en mención; para enfrentar estos siniestros, se utilizaban mangueras de dos pulgadas y media y de una.

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