Bergoglio
El papa Francisco finalizó su gira por Estados Unidos y Cuba, precisamente antes del eclipse lunar total, una metáfora cósmica para evidenciar la situación entre los dos países antes de su visita y la del Gobierno colombiano y las Farc, cuyas relaciones iban de la oscuridad a la luz.
El sumo pontífice ha servido de mediador entre frentes tan opuestos en materia política e ideológica, logrando un esperado acuerdo que permitiera alcanzar la paz en la región.
Jorge Mario Bergoglio, el "papa que vino del fin del mundo", ha respetado la situación laica de Cuba, un Estado socialista unitario y ateo, pero haciendo un llamado al renacimiento de la fe y la esperanza.
El carismático líder de la Iglesia católica, el primero en hablar ante el Congreso de Estados Unidos y la Asamblea de las Naciones Unidos, pidió respeto de los derechos de los emigrantes y solidaridad con los desposeídos del mundo.
Su santidad demostró humildad en sus planteamientos y fue enfático al señalar que la Iglesia no busca castigo, sino el perdón y la compasión para quienes han estado alejados de los preceptos cristianos.
En ese sentido manifestó que los divorciados pueden regresar a la Iglesia, así como indulgencia para quienes hayan practicado el aborto e hizo un llamado para restablecer el concepto de familia, retomando los valores que la robustecen.
El papa Francisco vivió la dictadura argentina y para proteger a uno de sus sacerdotes, le entregó su pasaporte para que pudiera salir de Argentina hacia Brasil, por lo que comprende perfectamente la posición de los grupos revolucionarios y para hacer justicia a un baluarte por la liberta, santificará a monseñor Oscar Arnulfo Romero.
Francisco manifestó que las ideologías no pueden estar por encima del individuo, no convertirse en un elemento de distorsión de la realidad que coarta la libertad.