Opinión - 19/8/15 - 11:30 PM

Betito

Por: Milciades Ortiz Catedrático -

No había podido conseguir que me prestaran un mimeógrafo para imprimir críticas contra la administración del Instituto Nacional. Alguien me dijo que en un colegio secundario nocturno frente a la Plaza de Catedral me podían ayudar. Era un joven de más de 16 años que hacía volantes clandestinas porque no me permitían ponerlas en los murales del Nido de Águilas. Visité el lugar, expliqué las razones de mi petición y me ayudaron. Allí conocí al joven profesor Alberto Quirós Guardia, hijo del dueño de ese colegio. Al comienzo de los años 70, en plena dictadura militar, hice análisis de la realidad panameña del momento. Volví a tener el respaldo de Betito Quirós Guardia. En su pequeña emisora Radio Impacto. Conversábamos midiendo las palabras para evitar alguna represalia de los militarotes. Conocí las penurias que tenía que enfrentar él para mantener en el aire esa tribuna independiente de la libertad de expresión y la democracia. Más de una vez utilizó dinero propio para que siguiera existiendo su emisora. Años después, la dictadura militar gastó centenares de miles de dólares para instalar una poderosa emisora que la defendiera. Uno de sus directores, a quien conocía profesionalmente, quiso conversar conmigo. En su oficina me dijo que en el Estado Mayor le habían pedido que mejorara esa emisora. Indicó que ellos no comprendían cómo la emisora de Betito tenía una alta sintonía en el público panameño, a pesar de los pocos recursos técnicos y económicos con que contaba. Recalcó que quería mi consejo como técnico en Comunicación Social. Dije que debía hacer el mismo tipo de programa que Radio Impacto. No le gustó mi consejo. Ya que no podían criticar a la dictadura. Sostuve que muchos panameños no estaban de acuerdo con los militares y por eso escuchaban la emisora de Betito. Sugerí que podía hacer críticas ligeras de ese gobierno para mejorar su funcionamiento. Imagino que se decepcionó porque no le di la fórmula mágica para levantar la sintonía de la poderosa emisora de la dictadura. Una vez le comenté a Quirós Guardia que exigía a mis alumnos de Periodismo que redactaran las noticias de una manera clara, precisa y concisa. Me recomendó que agregara “y con seso”, para que divulgaran buenas informaciones. Por años he seguido ese consejo de Betito. Siempre fue un comunicador democrático. Les prestaba sus micrófonos hasta a sus enemigos, porque creía que la democracia se fortalecía con la libre circulación de todas las ideas. Fue una persona de acción y en las calles luchó por el retorno de la democracia. La mayor satisfacción de su familia y la Patria es que como dice la Biblia: cosechó lo bueno que sembró.

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