Opinión - 25/1/19 - 12:00 AM

Distintos

Por: Por: Milcíades Ortiz Catedrático -

Eran varios cuartos pequeños que daban a la calle en Calidonia. Estaban habitados por familias humildes. Hasta allí llegaban las semejanzas. Al caminar por el lugar, se notaban diferencias en el mantenimiento de ellos. Algunos tenían el frente bien pintados, con adornos y hasta flores. En las mañanas las mujeres lavaban y barrían la acera frente a sus cuartos. Adentro, se notaba orden y limpieza, muebles y paredes bien conservados, lo que hacía acogedor el lugar.

Al lado se veía algo distinto. La acera sucia, la entrada mal arreglada, a veces con pintura vieja, dentro el desaliño era igual, en medio de un desorden. Las diferencias eran tan notables que causaban comentarios en el vecindario: “esa familia es cochina, no sigue el ejemplo de sus vecinos”. No es fácil encontrar una explicación de este hecho social que se repite en diferentes niveles.

Se dice que las personas aseadas y organizadas siguen el ejemplo que recibieron de sus padres. Esto es cierto en muchos casos, pero no en todos. Existen personas desordenadas que vienen de hogares donde había orden y limpieza. Otros explican que estos buenos hábitos se pudieron adquirir en la escuela. También se trata de explicar el hecho, con base en la personalidad que se tiene desde que se nace.

Los padres saben que aunque les enseñen igual a los hijos, varios actuarán distinto. Hay papás que utilizan esa disposición de sus hijos. Designan obligaciones según las cualidades que tengan. Por más que traten de enseñarle orden a un niño no será tan efectivo como otros que tienen esa habilidad. Hasta hay un aspecto esotérico en la explicación en la forma distinta de actuar de las personas. Dicen que si se nació en determinado signo en tal decanato, así será su manera de ser. Los sociólogos no aceptan lo esotérico ni que se nazca con una personalidad determinada. Son las circunstancias sociales las que definirán la manera de ser de un sujeto, unido a la época y país donde se viva. Sea cual sea la razón, lo cierto es que los seres humanos somos diferentes. (Qué horrible sería que todos nos pareciéramos a ciertos politiqueros).