Fiesta democrática
Panamá vivió una gran fiesta electoral donde todos los panameños expresaron sus simpatías políticas en un ejercicio soberano para escoger al mandatario del país por los próximos cinco años.
Los comicios registraron una gran participación, que sin duda fue motivada por la participación de tres candidatos con opciones.
Fue una contienda reñida y los resultados conllevan a la necesidad que el nuevo Presidente trate de sumar a sectores de oposición al gobierno que se instale el 1 de julio. Panamá es un país en franco avance y requiere el esfuerzo conjunto. Para nada sería adecuado que una vez se instale el nuevo gobierno, el país quede inmerso nuevamente en una campaña electoral anticipada que desgasta tanto a los políticos como a la nación.
El nuevo presidente deberá continuar la dinámica de desarrollo económico y social por el que transita Panamá, para admiración de propios y extraños, que ha puesto a nuestra pequeña nación en la mira del mundo.
"Nobleza obliga", dice el viejo adagio, y es que después de concluido el torneo, los adversarios de horas antes se deben fundir en un gran abrazo fraternal, porque no somos enemigos, solo adversarios coyunturales, pero siempre seremos compatriotas, ciudadanos, amantes de la paz, la democracia y el progreso del país.