La tensión emocional
¿Sientes demasiada tensión emocional y que se te exige demasiado? ¿No duermes bien preocupado por los exámenes y las tareas escolares? ¿Comes de prisa porque estás demasiado ocupado? No estás solo. Todos -adultos, adolescentes y hasta los niños- pasan por momentos de estrés. Sin embargo, hay formas de reducirlo y hacer frente a lo que es inevitable.
¿Qué es el estrés?
El estrés es una sensación que creamos al reaccionar a ciertos eventos. Es la manera en la que el cuerpo se enfrenta a un reto y se prepara para actuar ante una situación difícil con enfoque, fortaleza, vigor y agudeza mental.
Los eventos que provocan el estrés cubren una variedad de situaciones, desde verse en peligro físico hasta hacer una presentación en clase o tomar un semestre con la asignatura más difícil.
El cuerpo humano responde a estas situaciones activando el sistema nervioso y ciertas hormonas. El hipotálamo envía señales a las glándulas adrenales para que produzcan más adrenalina y cortisol y envíen estas hormonas al torrente circulatorio. Estas hormonas aumentan la frecuencia cardiaca, la frecuencia respiratoria, la presión arterial y el metabolismo. Los vasos sanguíneos se ensanchan para permitir una mayor circulación sanguínea hacia los músculos, poniéndolos en alerta. Las pupilas se dilatan para mejorar la visión. El hígado libera parte de la glucosa almacenada para aumentar la energía del cuerpo. Y el cuerpo produce sudor para refrescarse. Todos estos cambios físicos preparan a la persona para reaccionar rápidamente y eficazmente cuando siente tensión emocional.
Esta reacción se conoce como respuesta al estrés. Cuando funciona como es debido, esta reacción es la mejor forma para que la persona funcione bajo presión. Pero la respuesta al estrés también puede causar problemas cuando es extrema.