Opinión - 05/2/18 - 12:00 AM

Por haber estado bebiendo

Por: Por: El Hermano Pablo Un Mensaje a la Conciencia -

En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» en nuestro sitio www.conciencia.net:

«Hace más de dos meses salí con unos amigos para celebrar el cumpleaños de uno de ellos. Todo terminó en ir a bailar a una discoteca. Todo iba bien hasta que un muchacho que no conocía me invitó a bailar y, como yo había estado bebiendo, no bailé decentemente. Eso me ha atormentado todo este tiempo, y no sé con quién hablarlo porque me siento un ser inmundo. Esa no es la educación que recibí».

Este es el consejo que le dio mi esposa:

«Estimada amiga:

»Su conciencia la está atormentando porque usted sabe que hizo algo malo. Nosotros no lo presenciamos, así que no podemos juzgar cómo bailó, pero su conciencia es quien mejor puede juzgar lo que ocurrió. Es probable que también esté avergonzada de su conducta debido a que sus amigos sí fueron testigos de lo ocurrido, y le importa el concepto que ellos tengan de usted.

»Dice usted que sucedió porque estaba bebiendo. ¿Qué pudiera pasarle la próxima vez que beba con sus amigos?

»Eso me hace recordar lo que le sucedió a mi padrastro hace años. Él había salido a beber con sus amigos cuando unos tipos decidieron asaltarlo. Le dieron una paliza y lo dejaron tirado a la orilla de la calle. Como resultado de la paliza, quedó paralizado y postrado en cama por el resto de su vida. Afortunadamente, eso no le sucede a la mayoría de las personas, pero debido a que el alcohol hace más lenta la llegada de los mensajes al cerebro, es más probable que quienes han estado bebiendo corran más riesgos sin estar conscientes de cualquier peligro.

»El apóstol Pablo escribió: “No se emborrachen con vino, que lleva al desenfreno”. La palabra desenfreno quiere decir no tener dominio propio.

»La buena noticia es que Dios la perdonará por el pecado que usted ha cometido. Él entregó a su Hijo Jesucristo para que pagara el castigo por el pecado suyo y el mío. Todos hemos pecado, y a los ojos de Dios no hay ningún pecado que sea más sucio que los demás. Cuando de veras estamos arrepentidos por lo que hemos hecho, y le pedimos a Dios que nos perdone en el nombre de Cristo, Él limpia toda esa impureza y nos permite volver a comenzar.

»La única manera de recobrar la buena reputación con sus amigos es que usted cambie su conducta. Todos nos equivocamos, pero una equivocación no tiene que convertirse en un estilo de vida».