Opinión - 01/2/19 - 12:00 AM

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Por: Por Milcíades Ortiz Catedrático -

El pequeño grupo de jóvenes no mostró mayor interés por la presencia del papa. Siguieron su rutina. Varios trabajaban, algunos estudiaban, y uno que otro no tenía obligaciones. Como muchachos modernos se pasaban horas en el celular donde seguramente tocaron el tema de la Jornada Mundial de la Juventud. No asistieron a ningún acto relacionado con esta actividad. Si un adulto trató de que participaran, la idea no fue aceptada. En un contraste sociológico, vimos a centenares de miles de jóvenes atentos a las palabras del jefe de la Iglesia católica, aunque no todos profesan esa religión. Comprendemos que existe la libertad de actuar según consideren convenientes jóvenes, adultos y hasta niños.

Entre las sugerencias que hizo el papa resaltan el actuar desde ahora en los asuntos de los países. Una palabra que tal vez pudo confundir fue “líos”, que para muchos panameños significa desorden. Realmente dijo el santo padre que los jóvenes debían actuar en forma activa en la vida de sus comunidades. Ahora que estamos en la política, seguir estas palabras exige participar en la medida de sus posibilidades en la faena electoral. Si los jóvenes se unieran podrían decidir los ganadores a varios cargos públicos…

Para mí lo que más me impactó fue cuando el papa pidió a los jóvenes que no se olvidaran de las personas mayores, que escucharan a sus abuelos y aprovecharan sus experiencias de vida. En los últimos años he captado que hay sectores de la niñez y juventud panameña, que no respetan ni toman en consideración a los de mayor edad. No pude quitarme de mi mente la imagen de un menor de edad pateando la cabeza de un anciano con discapacidad. ¿Este joven ha recibido alguna sanción? ¿Se ha sometido esta persona a una ayuda sicológica para el control de la violencia y respeto hacia las otras personas?

Todavía la comunidad panameña y parte del mundo está impactada por los consejos y orientaciones del papa en esta jornada. Queda ahora la responsabilidad de jóvenes y adultos especialmente de Panamá, de cumplir con lo manifestado. Sería una desgracia que parte de nuestra juventud, le diera la espalda a las responsabilidades que tiene con la Patria. (Hay jovencitos que han dicho que no seguirán lo que dijo el papa… porque no es el papá de ellos).