Opinión - 28/9/15 - 12:00 AM

Sostener el voluntariado

Por: J. C. Gª Fajardo [email protected] -

El voluntariado social encarna una firme esperanza. Se puede vivir sin fe y aun sin la experiencia de amor, pero no se puede sobrevivir sin esperanza.

Otras actividades de voluntariado no suelen estar dominados por la pasión de la justicia – que debe fundamentar la actividad del voluntario social– y corren el riesgo de institucionalizar los efectos al enmascarar las causas. No es otra cosa la solidaridad sino la respuesta ante desigualdades injustas.

Por eso, en nuestros días se plantea con crudeza el tema fundamental de quién debe financiar el voluntariado social. Algunos critican a las asociaciones humanitarias porque aceptan fondos de los ayuntamientos, de comunidades autónomas o de los servicios sociales del Estado para poder desarrollar programas sociales bien planificados y de los que darán cuentas.

Otros censuran que empresas y fundaciones ayuden a sufragar parte de los gastos de esos programas sociales, salvo que se lleven a cabo en países extranjeros como programas de ayuda al desarrollo.

El problema surge cuando las ONG independientes desean desarrollar inaplazables programas de acción social. Algunos puristas sostienen que los voluntarios bastante hacen con su ayuda. ¿Cómo que hacen bastante? Esa no es una actitud solidaria porque no es justa.

Los voluntarios llegan a las sedes de las ONG y piden información, folletos y garantías en el servicio. Eligen el que más les gusta y esperan que se les forme para ser eficaces y no meter la pata. Si se trata de desplazamientos, hay que abonarles el transporte y, por ley, tenemos que suscribir una póliza de seguros que cubra a todos los voluntarios en sus tareas. Nada más justo.

Aparte de unos locales acondicionados, personas que recogen el material, que lo almacenan y que limpian. Los candidatos a voluntarios de hoy pretenden encontrarlo todo hecho.

Estoy convencido de que los voluntarios sociales que acuden a nuestras sedes en busca de un servicio adecuado a sus preferencias han de contribuir al mantenimiento de la entidad.


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