Viva - 21/8/15 - 03:00 PM
Así perciben el mundo las personas altamente sensibles
Son estupendos líderes, aunque prefieren estar solos; la cafeína les altera más y se aburren (o decepcionan) antes de las relaciones. Y sí, lloran más.
Un estudio científico demuestra que las personas altamente sensibles se relacionan de manera diferente con el mundo. Son estupendos líderes, aunque prefieren estar solos; la cafeína les altera más y se aburren (o decepcionan) antes de las relaciones. Y sí, lloran más.
Es un hecho: hay personas mucho más sensibles que otras. Quizá cuando leas estas palabras lo primero que pienses es en alguien cercano a ti que llora con mucha facilidad. Y sí, es cierto; las personas altamente sensibles [que han sido merecedoras hasta de tener unas siglas en inglés para definirles: HSP, de High Sensitive Person] suelen derramar lágrimas más a menudo que otras que son de naturaleza más dura, pero su sensibilidad y su forma de entender y relacionarse con el mundo va más allá del llanto o de ser categorizadas como frágiles o intensos. Y eso es lo que demuestra un estudio de la Universidad de Santa Barbara, en California.
Una persona de alta sensibilidad percibe detalles que pasan desapercibidos para la mayoría y que a ella puede afectarle de una forma implacable. ¿Cómo qué? Que en un mensaje de texto, en vez de poner una exclamacion detrás de ‘besos’, el remitente haya puesto puntos suspensivos. O que en un email de trabajo, el tan recurrente ‘gracias’ no solo no lleve adosado un signo de exclamación para enfatizar el agradecimiento, sino que lleva un categórico punto. Muchos ni se darán cuenta de qué signo de puntuación se ha escrito, pero una persona altamente sensible sí que lo hará. Y puede fastidiarle el día.
Hay más factores que definen cómo estas personas se relacionan con quienes les rodean, cómo se posicionan ellas y cómo entienden el mundo. A saber:
-Son mucho más emocionales en sus relaciones. Y por eso, hay estudios que apuntan que suelen aburrirse antes e, incluso, son más proclives a pedir el divorcio. Si su media naranja no comparte con ellos esta híper sensibilidad, puede resultar muy frustrante para ambas partes y puede suponer el fin de una unión.
-Son más sensibles (valga la redundancia) a lo que les rodea. Y siempre van a reaccionar con disgusto a todo lo que les suponga una alteración ya sean ruidos fuertes, situaciones tensas, enfados colectivos… Cuanto más inmanejable sea la situación, más sufrirán. ¿Por qué? Porque la cantidad de detalle con la que procesan todo lo que les atañe. Donde otros solo ven una pequeña trifulca, las personas muy sensibles sentirán una gran enfado. Y lo pasarán peor.
-Les suele gustar estar solos. Y no en el sentido estricto de la palabra (no hay que dramatizar e imaginarlos llorando en una habitación a oscuras), sino en un sentido que atañe al espíritu gregario. ¿En su empresa se organizan actividades en grupo que incluyen deportes o salidas colectivas? Más que probablemente, la persona altamente sensible lo evite porque intuye un posible foco de problemas.
-Son muy buenos líderes. Que no engañe su tendencia a volar en solitario porque su extrema sensibilidad les convierte en líderes de grupo realmente buenos. Saben percibir el sentir de un equipo, sabe anticipar qué cosas sentarán mal y sabe cómo tratar a todo el mundo teniendo en cuenta sus sentimientos. Eso es una ventaja clarísima a la hora de liderar, pero también hay que tener en cuenta que es muy fácil decepcionarlos…
-Son proclives a que les afecte más la cafeína y el alcohol. Aunque esto no les sucede a todos, si que está probado que estos estimulantes se 'ceban’ con personas súper sensibles que también, por cierto, suelen tener antes hambre (y sentirse malhumoradas por ello).
Entonces, ¿cómo se debe tratar con una persona altamente sensible? ¿Una relación de amistad, laboral o de amor está abocada al fracaso si una de las dos partes es híper sensible? Los expertos aseguran que la clave está en la comunicación y en la verbalización, y en encontrar una pareja que entienda que este torrente de emociones está en su naturaleza. Ellos no han elegido ser ultra sensibles y no pueden evitar expresar lo que sienten ya sea enfado, felicidad o tristeza. Y comprenderles es amarles (o no).