Embarazada, pero bien ejercitada
Es común escuchar la frase: estar embarazada no es sinónimo de enfermedad; lo que es muy cierto, porque durante los nueve meses de gestación una mujer puede mantener una adecuada rutina de ejercicios, siempre y cuando el ginecólogo descarte cualquier riesgo.
Y es que, hacer ejercicios (yoga, gimnasia, natación) durante el embarazo brinda grandes beneficios:
- Previene el aumento exagerado de peso.
- Ayuda a prevenir y reducir la aparición de várices.
- Alivia los dolores de columna y espalda, típicos de este período por las malas posturas que adopta la mamá.
- Previene la hipertensión y la constipación.
- Facilita tener un mejor parto, ya que se trabaja la musculatura del suelo pélvico y el periné, zonas fundamentales en el momento de dar a luz.
- Reduce el estrés y mejora el humor. Y ayuda a dormir mejor.
- Levanta la autoestima. Al verse bien y activa, la mamá se siente más segura y más linda.
- Prepara para el amamantamiento: trabajar los músculos de los brazos, bíceps, tríceps y deltoides es muy importante, ya que participan activamente en el momento de sostener y amamantar al bebé.
- Oxigena el cuerpo, favorece el movimiento circulatorio general. Al sentirte bien, le transmitirás esa sensación a tu bebé, que también se beneficiará con el estímulo de adrenalina que generas al estar en movimiento.