Golazo - 14/4/13 - 11:14 PM

MACHUCA, EL ‘AS’ DEL MOMENTO

Luis Machuca, quien fue firmado para jugar pelota profesional con los Rojos de Cincinnati, es un fuerte candidato para conquistar los premios al mejor lanzador y jugador

Humberto Cornejo O. humberto.cornejo@epas.com

Luis Machuca, quien fue firmado para jugar pelota profesional con los Rojos de Cincinnati, es un fuerte candidato para conquistar los premios al mejor lanzador y jugador más valioso del Campeonato Nacional de Béisbol Mayor 2013.

Pisando la goma del montículo, el lanzador con el número 16 en su espalda mira el guante de su receptor para hacer el envío más rápido de su vida, y así llevar a Bocas del Toro a lograr otro título del campeonato mayor.

Su presencia en el diamante se ha convertido en sinónimo de triunfo para su novena, desatando la preocupación de sus rivales a la hora de enfrentarlos.

Hablamos del lanzador Luis Machuca, quien pese a su juventud ha encontrado la fórmula para vencer la adversidad y convertirse en uno de los mejores serpentineros del país.

Crítica habló con este pelotero sobre sus sueños y objetivos que tiene en su destacada carrera.

¿Qué opinas al ser considerado uno de los mejores lanzadores del país?

Le doy gracias a Dios por todo. Le doy las gracias a mi familia que siempre me ha apoyado. Pero también a “Rocambo” (Alberto Acosta), quien siempre me ha estado ayudando y empujando a ser un mejor lanzador. Le agradezco, porque me ha enseñado a lanzar el “slider”, “sinker” y el cambio de velocidad. Ahora en Probeis (Liga Profesional de Béisbol de Panamá) me ayudó mucho Ramiro Mendoza, con su gran experiencia.

¿Cómo se dio esa amistad con “Rocambo”?

Muchas personas creen que “Rocambo” es grosero. Lo que pasa es que es muy sincero y honesto, esa es mi forma de pensar. Es de las personas que si te ve una falla, te lo dice enseguida en la cara. Eso hay que agradecerlo, porque en la actualidad no hay muchas personas así. Yo lo estimo mucho, hasta le digo que es mi papá, y él me dice hijo, a veces.

¿Cómo te preparas antes de cada partido?

Una noche antes intento relajarme. Hablo con el “pitching coach” y con (Alberto) Macré, quienes me dan las instrucciones de cómo lanzar. Busco la mayor cantidad de consejos y opiniones.

¿En qué consideras que debes mejorar?

Así como estoy me siento bien. Ahora trato de ser consistente y mirar hacia adelante para tener buenos resultados.

Pasó el Mundial de Béisbol de la Federación Internacional de Béisbol (Ibaf) y el año pasado la Eliminatoria del Clásico Mundial de Béisbol y no quedaste en la selección. ¿Qué crees que sucedió en ese momento?

Eso fue algo que me dolió bastante. Ese es el anhelo desde que uno es niño, para ponerse la camisa de Panamá y jugar en tu propio país. Esas son cosas en las que uno no se debe meter. Había un cuerpo técnico y consideró que otros lanzadores tenían mejor nivel que yo. Eso no lo voy a discutir. Me dolió, pero quedé con la experiencia de seguir adelante.

¿Cómo hiciste para mantenerte con ánimos?

Esa fue una experiencia que no se la deseo a nadie. No te miento, pensé, qué tengo que hacer para no quedar fuera en el último corte; pero solo queda trabajar duro.

Otro momento no tan bueno fue cuando te dejaron libre los Rojos de Cincinnati. ¿Qué pasó por tu mente?

Ahí no sabría qué decirte, porque me dejaron libre con la visa en la mano. Faltaban 10 días para irme y entonces me llamaron para darme esa mala noticia. Ese fue el momento que no quería saber más nada del béisbol. Pero le doy gracias a Dios por el buen momento que estoy viviendo.

En el inicio de esta temporada eras el lanzador más cotizado. ¿Cómo manejaste esta situación?

Me sorprendió. No pensé que iba a ser uno de los más cotizados de Panamá. Hablé con la gente de Los Santos, les doy las gracias porque me trataron muy bien, pero Oeste era el que tenía la carta para decir a dónde iba a jugar. Al final, regresé a Bocas del Toro, donde me han tratado muy bien y siempre han estado pendiente de mí.

¿Qué otros objetivos tienes?

Este año quiero comenzar a estudiar y ver mi futuro, porque ya tengo 25 años. Lastimosamente no puedo vivir del béisbol toda mi vida y más los lanzadores, que están expuestos a más lesiones.

El apoyo de tu madre ha sido incondicional desde que estabas en Pequeñas Ligas. ¿Qué palabras le puedes decir a tu mamá?

Mi mamá, Elizabeth Díaz, es lo que más amo en esta vida. Es mi inspiración, las ganas de darlo todo y salir adelante. No viví con mi padre desde chico y mi mamá siempre estuvo ahí para sacarme adelante.

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