Opinión - 08/8/16 - 12:00 AM

Privatizar el aire

Por: Sara García Bautista Periodista -

Una compañía canadiense ofrece aire puro embotellado a la población china que, debido a los altos índices de contaminación en el país asiático, han convertido la compra de este producto en la nueva moda. Vitality Air ha pasado de vender aire embotellado en una estación de esquí a atender la enorme demanda de clientes chinos.

“En tan solo cuatro días se agotó el primer lote de 500 latas. Ahora estamos recibiendo una gran cantidad de peticiones por adelantado para nuestro próximo envío. Nos acercamos a las 1,000 en pocos días”, señala Harrison Wang, director de operaciones de Vitality Air en China. Además, los socios de la empresa planean expandir su negocio a otros países; Irán y Afganistán también se han interesado por las latas de aire fresco que rondan entre los 14 y los 20 dólares, dependiendo del tamaño de la lata.

La contaminación del aire es tan preocupante que en el mes de diciembre Pekín activó dos alertas rojas en tan solo 15 días, la máxima alerta posible. Restringir el tráfico, cerrar colegios o recomendar a la población limitar sus actividades al aire libre fueron algunas de las medidas que se llevaron a cabo. No es para menos, alrededor de 1.6 millones de personas mueren cada año en China por enfermedades pulmonares y cardiovasculares.

A finales del 2015 se celebró la XXI Conferencia Internacional sobre Cambio Climático en París. Al finalizar, los 195 países que participaron firmaron el denominado Acuerdo de París, que establece un marco temporal para que el mundo solucione la crisis climática, con el objetivo de mantener el aumento de la temperatura media del planeta por debajo de los 2ºC.

Sin embargo, numerosos activistas medioambientales se manifestaron en la capital francesa al considerar este pacto insuficiente.

En la medida en que los líderes mundiales pongan la riqueza por encima del medioambiente, nuestros pulmones respirarán las terribles consecuencias de todo esto que, algún día, nos obligará a vivir enchufados a una botella de “aire fresco”.