En el mes de diciembre, el pueblo panameño se lanza a las calles en una búsqueda incansable de bienes materiales, supuestamente para celebrar la Navidad, se desata un frenesí de consumo inimaginable, los centros comerciales se abarrotan para buscar la felicidad en la adquisición de mercancías diversas.
Pareciera que las personas perdieran el conocimiento cuando compran, algunos inician una competencia contra el tiempo, porque antes del 25 y el 31 de diciembre deben adquirir algunos muebles, algunos trapos nuevos y un listado indeterminado de alimentos que se acumulan y pudren sin control.
Pero entienden los panameños y extranjeros que pisan este suelo, el verdadero sentido de este mes, se acuerdan tan siquiera por un momento que se celebra la "Natividad de Jesucristo" que vino a este mundo en un " humilde pesebre " con una madre y un padre humilde y no a adquirir bienes materiales y acumular riquezas.
Es triste que no se recuerde que el mensaje del señor Jesucristo es de paz y solidaridad "Ayudadnos los unos a los otros y compartir con nuestros prójimos lo que tenemos lejos de todo egoísmo".
Son los comerciantes capitalistas, que se benefician y atolondran las mentes de nuestro pueblo con la publicidad, inculcando un consumismo enfermizo para lograr obtener ganancias incalculables en el mes de diciembre, con el endeudamiento del pueblo, que se lo gasta todo, la mayoría de los casos en productos que no necesitan. Bien, llegará el nuevo año y luego de tanto derroche, bullicio y vulgaridad se repetirá la misma historia.