Opinión - 22/7/18 - 12:00 AM

Comparando, lo de Martinelli es una ‘locurita’

Por: Por: Julio César Caicedo Mendieta -

Pese a que jamás he tenido en mis manos mil dólares juntos para gastármelos en mujeres, aguardiente y frituras, todo eso por mi creencia en DS y la forma sana y responsable con que me criaron, me siento capacitado para comparar los horrores de la gente de la dictadura, contra la acusación de pinchazos y otros entuertos no santos de Martinelli. Y me ha salido que Martinelli durará menos en el purgatorio que los delincuentes inmunes del brazo armado que ahora aúllan como gatos de agua en las noches, con hambre por un linchamiento.

El expresidente sometido hoy es tan solo un panameño, un mandatario más de nuestro desgastado y corrupto sistema gubernamental y no un tipo satánico que lanzó desde los helicópteros comprados con nuestros impuestos a muchos de sus contrarios nacionales y extranjeros. De manera, señores comisarios, recuerden que con la vara con que midan serán medidos con la añadidura de una cuarta más.

Lo digo porque poco ha faltado para que “el loco” sea expuesto en calzoncillos al sol y a la lluvia trabado en un pesado cepo de macano negro. Tengo noticias ciertas de que en otras prisiones de nuestro cómodo país vencido por la corruptela se permiten bajo cuerda aparatos y comodidades que de alguna manera distraen a los “homo sapiens” criollos que cumplen en esas mazmorras malolientes y llenas de chitras y liendres.

El difunto Endara Galimani (que en paz descanse) no borró del mapa político a ningún partido de la dictadura ni por pinchazos, cerros de robos, cerros de corrupción, más maleanterías y atropellos. Y, paradójicamente, el circo que vemos en pleno 2018 todos los días, en parte, parece un juicio político en donde el presidente se ha apartado del rebaño, dejando a merced de los coyotes de la internacional socialista a íconos de una parte de la derecha panameña. Aquí la batea debe separar muy bien los granos de arroz pilado de sus cáscaras y después aplicar la justicia donde se amerite. ¿Acaso las cajetas de la dictadura con carpetas con datos personales de miles de ciudadanos panameños no existieron? Cuidado que por este dejar pasar, los izquierdistas, que son expertos nadando en río revuelto, nos atornillan a un vago inmaduro o a un guerrillero sangriento como Ortega. Léanse el libro “La gran estafa”, que por ahí viene la cosa.