Opinión - 27/7/18 - 12:00 AM

Confuso

Por: Por: Milcíades Ortiz Catedrático -

La realidad del trabajo en Panamá confunde a cualquiera. Tenemos una de las mejores economías en América Latina, pero de cada diez trabajadores, más de cuatro son informales (buhoneros). Todos los años terminan en escuelas, colegios y universidades, ochenta y cinco mil jóvenes, y los nuevos empleos no alcanzan a la mitad de ellos. Unos datos estadísticos indican que cerca de 117 mil personas están desempleadas en Panamá. Otras cifras oficiales afirman que casi un cuarto de millón de jóvenes en este país, ni trabajan ni estudian. Esto causa confusión en los estudiosos de la realidad del trabajo en la nación panameña.

Revisando sociológicamente la cuestión laboral, notamos una enorme deserción escolar. Se dice que no terminan sus estudios de primaria y secundaria más de la mitad de los estudiantes. Lógicamente, ellos no podrán conseguir empleos de buenos salarios, que exigen mejor preparación. El promedio de los salarios en Panamá no llega a los 1,000 balboas al mes. El alto costo de la vida actual dificulta que una familia pueda vivir con esa cantidad. Los alquileres son caros, el precio de la comida aumenta cada día. Hace pocos años uno compraba en un supermercado con 20 balboas para varios días. Ahora esa cantidad de dinero es corta, aunque usted vaya a la tienda del chinito.

Otro aspecto que se destaca es que cada día se exige mayor conocimiento tecnológico en los empleos. Ya las universidades están advertidas que deben formar profesionales técnicos, más que culturales. Pueden incomodar el señalamiento de que hay que cerrar escuelas universitarias que están saturadas en el mercado laboral, algo que no se ha hecho por diversos motivos. Un aspecto negativo que no se está tomando en cuenta es que el desarrollo de las tecnologías está eliminando puestos de trabajo en países desarrollados. En Panamá se nota algo esta tendencia.

Han desaparecido las escribientes y estenógrafas. Una telefonista puede hacer su trabajo desde la casa, y una secretaria también. En el Periodismo, el reportero no siempre tiene por qué ir a la redacción para cumplir con su trabajo. Volviendo a empleos y desempleos, llama la atención que se busquen médicos y otros profesionales hasta en anuncios económicos, algo que no sucedía antes. Tampoco conocíamos las ferias de empleo que realiza la empresa privada y el Gobierno. ¿En qué quedamos entonces: sobran o faltan empleos?