Opinión - 27/7/18 - 12:00 AM

La moderna esclavitud

Por: Por: Gabriela Arosemena Montenegro Twitter: @Gabby_Aro -

Para nadie es un secreto que la situación laboral actual del país está un poco apretada por decir lo menos, buscar un trabajo hoy en día representa una labor titánica, ya que cada día incrementan los requisitos por un salario un poco menos que aceptable. Una maestría, un doctorado, el dominio de más de un idioma ya no es tan valorado como solía ser y sin adentrarme en el debate del estado de la economía actual, el salario promedio de los trabajadores panameños a duras penas alcanza para cubrir la necesidades básicas.

Aquellos suficientemente afortunados en conseguir un empleo pasan entonces a otra fase: la moderna esclavitud… Y es que he podido ver cómo empresas dedicadas a distintos rubros deshumanizan al colaborador convirtiéndolo en una herramienta, a la que se le exige dar la famosa “milla extra” que no es más que un disfraz para exigir un sobrerrendimiento ya sea por el recargo de las funciones, la presión constante, entre otros.

Una persona llamada a sufragar sus gastos y de sus dependientes vive anclada a un empleo en el que muchas veces se le exige salir hasta tarde sin remuneración de horas extras, funciones múltiples, las cuales se alejan de las estipuladas inicialmente, entre otro sinnúmero de injusticias que día a día viven los colaboradores en Panamá y que son forzados a permanecer en esta indefensión aprendida producto de la difícil situación laboral que tenemos el día de hoy.

Qué bueno sería que más empresas implementaran programas de motivación y sensibilización a nivel de la gerencia de recursos humanos; he oído de muchas que tienen ese afán de mantener al colaborador contento, pero definitivamente hacen falta muchas más; tener a un colaborador satisfecho en un ambiente laboral es comprobado que mejora el rendimiento del mismo, ameniza la mística de trabajo y resulta en mayor productividad, es decir: ganan todos.

Por último, no puedo concluir sin decir que todo lo anterior repercute notablemente en la mujer, ya que una colaboradora mujer, cansada, que luego de largas horas de trabajo se le exige llegar a casa, atender tareas, al hogar, entre otros, conlleva un desgaste aún mayor, el cual se ve reflejado tanto en la salud física como mental. Sensibilizar a los altos mandos tanto de grandes empresas como de instituciones públicas no es algo descabellado, por el contrario, beneficioso para todas y todos.