Maquinaciones
Los comentarios en torno a que la mano de un expresidente estaría metida en el juicio de Ricardo Martinelli, hecho divulgado por la defensa del exmandatario, da un giro y confirma la tesis de que este es un proceso político y un pase de factura, motivado por una impía combinación de venganzas e intrigas.
Al expresidente de marras se le anuló un sonado caso que se le seguía por sobornos, ya que la investigación en su contra se inició cuando aún gozaba de fuero electoral. Fue precisamente ese expresidente el que nombró a Jerónimo Mejía y Oydén Ortega como magistrados de la Corte Suprema, y son estos dos togados quienes tienen en sus manos la suerte judicial de Martinelli.
Al margen de toda esta intriga, es evidente que detrás de las maquinaciones contra “El Loco”, existe el interés de inhabilitarlo, mediante una condena, para evitar que participe como aspirante a un cargo público en las elecciones de mayo de 2019.
Claro ejemplo de esto es que mientras al expresidente acusado de soborno se le archivó la investigación, a Martinelli se le niega la declinatoria de su caso a la justicia penal ordinaria, toda vez que presentó renuncia a Parlacen y esta ya fue confirmada.
Para el que no sabe, resultaría inexplicable la negativa del “juez de garantías” a todas las acciones y solicitudes de la defensa de Martinelli, pero si lo vemos con detenimiento, detrás de estas negativas gravita el poder y la influencia de un expresidente que pudiera estar coludido para favorecer al actual gobierno.