Opinión - 22/2/18 - 12:00 AM

Pekín

Por: Por Alfonso Zamora Periodista -

Luego del triunfo de la revolución cubana en 1959, se esparcen por América Latina movimientos revolucionarios, impulsados por la Organización Latinoamericana de Solidaridad, así como la Primera Conferencia Tricontinental promovidos por Cuba.

Durante esa época se dio en Panamá una división entre los comunistas prosoviéticos, quienes siguen una línea de trabajo político, y los maoístas que optan por la revolución armada.

Estas confrontaciones tuvieron como escenario la Universidad de Panamá, donde se pasó de la discusión ideológica al intercambio de disparos.

Los prosoviéticos manejaban las organizaciones estudiantiles, obreras, campesinas e intelectuales y dieron un apoyo importante a Omar Torrijos en las negociaciones por el Canal de Panamá, mientras los maoístas se inclinaban por la guerrilla urbana.

Debe destacarse que la izquierda soviética tuvo algún tipo de manejo con los gobiernos liberales, en tanto la corriente afín al pensamiento chino se entendía con un sector del Partido Panameñista.

No olvidemos que el castrismo intentó invadir Panamá en 1959, con el apoyo de la izquierda radical y una figura importante del panameñismo.

Esto llevó a los aparatos de inteligencia estadounidense y de la Policía Nacional a dividir a los comunistas criollos en dos bandos, los de la línea soviética y los seguidores del pensamiento chino cubano, de una posición más radical.

Fue entonces cuando el líder maoísta fue detenido por la policía, tras el golpe militar de 1968 y asesinado en la entonces isla penal de Coiba.

Un medio alternativo de información, la revista Pekín, fue censurada y los estamentos de seguridad perseguían a quienes la poseían. Cincuenta años después, los chinos celebran en nuestro país el año del Perro de Madera, mientras se da la bienvenida al Partido Comunista de China.