Volver
Cuando lo vi, me dieron ganas de volver a ser niña. Caminaba con tanta calma y sin prisa alguna por esa calle rodeado de árboles y la entrañable alegría que da el transcurrir sin preocupaciones de ninguna clase… que me hizo sonreír y contemplarlo con ojos de felicidad. Era alrededor de las 10:00 a.m., un día sin tanto sol, pero con agradable clima. Las nubes en el cielo iban plácidas por los senderos del infinito mar celeste que nos cubre a todos los hijos de Dios. Un momento de poesía y ensueño para imaginarse siendo otra vez parte de ese mágico tiempo de infancia…
Nuestros niños merecen un porvenir y la seguridad de volver a vivir en una sociedad que los proteja y ayude a crecer de forma sana. Punto medular es la familia para que en ese escenario ellos puedan desarrollar sus dones, así como aprender dentro de este círculo los valores con los cuales aportar a esa misma sociedad, donde deben integrarse como individuos, capacitados para convivir en grupo. Un niño es un elemento humano tan frágil y lleno de fortalezas que brindan a la humanidad un factor esencial de motivación por el desarrollo de un país.
Cada nueva vida es en sí misma una prístina gota de lluvia, cuya claridad en los primeros años de existencia es agua pura que debe poder fluir en su camino hacia el crecimiento de su propio espíritu. Un niño es la música que convierte al hombre en un ser sereno, que abre al mundo su pensamiento en libertad. Un niño es el rostro joven de un nuevo amanecer. En cada uno de ellos hay esa esperanza de ser mejores, de la fuerza capaz de construir otros senderos para una sociedad más pensante en su actuar.
No olvidemos que los niños en su inocencia nos dan esa oportunidad de ser más humanos, respetando eso sí su condición de niños. Con derecho a su propia personalidad, sus innatas capacidades, pero entendiendo que dentro de esos derechos tenemos que hacer en ellos una obra maestra de edificación de buenas costumbres como el valorar su propia vida y apreciar en su entorno al adulto que lo guía. Ser niño es ser parte de una cultura especial de imaginación y originalidad, en donde la creatividad del juego sea una enseñanza de amor por ellos mismos.