Opinión - 18/10/17 - 12:00 AM

Análisis de la vida policial

Por: Mayor Felipe Camargo A. Analista de Inteligencia militar -

Frente al asesinato de 2 unidades de la Policía en servicio, es un hecho que marca un “punto de quiebre” de la situación de la inseguridad de la nación panameña. Los jefes de estas unidades muertas en combate al crimen son responsables ante el país. Repiten el discurso oficial: que el país está en calma, las famosas estadísticas están bajando los homicidios, etc... Esta realidad les estalló en la cara al ministro de Seguridad, al jefe del Consejo de Seguridad y al jefe de la Policía Nacional. Ellos son responsables y deben por honor poner sus cargos a disposición del presidente. No informan ni al país ni a su tropa la real situación de inseguridad. Los policías muertos estaban confiados de que el país está en paz. Bueno, esa paz se rompió.

Hay que interpretar al malestar y dolor y rabia de la tropa de la Fuerza Pública. Sus jefes superiores no se atreven a dar órdenes precisas y concisas, como enfrentar con la fuerza letal necesaria para neutralizar las amenazas. El pueblo aplaudiría esta acción decisiva.

Sr. presidente, hay la percepción de que este gobierno beneficia a los maleantes, les da dinero, leyes favorables, en fin, este malestar está afectando a la tropa de la Policía, y con la muerte de sus compañeros, la situación interna está grave.

Hay otros factores gravitando en la Fuerza Pública, que están afectando a toda la institución: situación impuesta por intereses extranjeros que imponen las prioridades de las operaciones que son para capturar cargamentos de drogas, hay una élite de elementos que por su especialidad se consideran élites, hablo de los elementos especializados en narcóticos y fuerzas especiales (los cara tapa’os) este mal procedimiento roza con la profesionalidad del trabajo policial. Estos oficiales jamás rotan en las posiciones de la Policía en el país, se mantienen siempre y hacen carrera como su actual jefe Pinzón, toda su vida policial fue corretear drogas y ese fenómeno limita las capacidades operativas para toma de decisiones.

Colombia mantiene un conflicto con los EE.UU. por no controlar el aumento de los sembradíos de drogas, disponen de una mayor capacidad militar, tienen marina, Fuerza Aérea, Fuerzas Policía, pero están permitiendo la salida de tantas toneladas de drogas y Panamá tiene que capturarlas. La respuesta es: los colombianos no quieren que les afecten en sus estadísticas de capturas de drogas. Esta es la realidad actual. Panamá tiene que disponer muchos recursos humanos, económicos y ponemos los muertos. Lo que denomino el frente externo.

Esta situación de la vida policial tiene que revisarse. Primero deben ser los intereses nacionales y después los otros intereses, pero esta ecuación hoy está invertida.

Sr. presidente, póngale atención a la tropa, está molesta y resentida.