Boda
La reciente boda entre el príncipe Enrique y la actriz Meghan Markhe llamó la atención mundial, eclipsando a cualquier otro evento internacional.
Esta unión se da entre personas de culturas y grupos étnicos diferentes, derribando las barreras del prejuicio y la intolerancia.
Enrique, sexto en la línea de sucesión al trono británico, y Meghan, una afroamericana activista de los derechos humanos, forman una combinación que transformará una de las monarquías más antiguas del mundo.
A la ceremonia no acudieron políticos ni funcionarios de alto rango, ya que no se trataba de una actividad de Estado.
Ahora algunos se preguntan cómo se desenvolverá Meghan en medio del rígido protocolo real, algo que afectó, en su momento, a la madre de su esposo.
Lo cierto es que la monarquía británica abre espacios para que sus integrantes puedan llevar su vida privada con mayor libertad.
Los nuevos duques de Essex forman una pareja rompe con esquemas arcaicos establecidos hace cientos de años.