Opinión - 30/9/17 - 12:00 AM

Cosa de ‘villanos...’

Por: Carlos Christian Sánchez Columnista -

Esta semana, había un pueblo de Azuero en medio del ojo de la tormenta. La apacible Villa de Los Santos, reconocida históricamente por ser cuna del movimiento independentista de 1821 y que se consolidó como pieza fundamental de nuestra identidad nacional, se vio sorprendida por dos insólitos. Por un lado, detienen al alcalde del distrito correspondiente, vinculado al Partido Revolucionario Democrático (PRD); mientras que en el otro asunto, renuncia un sacerdote católico, generando todo tipo de comentarios en redes sociales.

¿Qué es farolear? Es fanfarronear. Dar gala de lujos y mostrar los excesos cuando eres el “bendecido”. Solo basta ver las fotos que circulan en internet, acerca de los detenidos en la denominada “Operación El Gallero”. ¿Quién en sus sentidos viajaría en un pomposo Lamborgini por las calles de Guararé, mostraría un fajo de billetes de dos mil rúcanos en un “selfie” o sacaría en Instagram toda clase de zapatos, joyas, autos carísimos para generar envidia al resto de los mortales?

Fuera del escándalo de la dichosa gallera “villana”, se notan claros signos de desviar atención de la opinión pública a otros sonados casos que investigan las autoridades judiciales. OK, culpan a un dirigente del PRD y sus allegados por recibir dineros turbios, pero cuidado es un mensaje a los adversarios. Muy tarde comprendió la dirigencia de ese partido, que en su momento formaron un “cogobierno” con los varelistas, de que existe una “cacería de brujas” contra opositores. ¿Y cuando perseguían a todos los miembros de Cambio Democrático (CD), no salían a despotricar en los medios afines, para denigrar al Partido de los Locos? “Quo Vadis”…

Para colmo de males, estalla otra bomba en la iglesia de esa localidad santeña. Un reconocido cura muy querido en La Villa, anunció que dejaba la sotana por razones que no sabemos. Por supuesto, las redes sociales y las cadenas de mensajería instantánea como Whatsapp explotaron con comentarios de todo tipo: que tenía un romance con una “villana”, que se peleó con alguien, etcétera. Es decir, el pintoresco poblado azuerense se quedó “sin alcalde, ni cura”, cual pueblo del Viejo Oeste norteamericano.

“Pueblo chico, infierno grande”. Así reza el famoso lema, que cae como anillo al dedo a lo que ocurre en La Villa de Los Santos. Y es de preocuparse. Nuestra sociedad se consume por el materialismo, los vicios mundanos o la corrupción. Obviamente, el narcotráfico buscará pantallas para “lavar dinero” de sus actividades y los políticos son el objetivo preferido para triangular sus operaciones.

En cuanto al cura que dejó la sotana, creemos que todos tenemos derecho a buscar una meta que satisfaga sus aspiraciones. Una puerta se cierra, otras se abren. Veremos qué pasa en el camino. Larga vida y prosperidad para todos. Saludos, amigas y amigos...