Diferencia de edad
En este mensaje tratamos el caso de una mujer que «descargó su conciencia» en nuestro sitio www.conciencia.net.
«Soy una mujer de treinta y seis años. No estoy casada ni tengo hijos... Hace dos años me enamoré de una persona menor que yo. Él tiene veinticinco años... Mi [preocupación] es por la diferencia de edad. Él dice amarme y que está muy consciente de la diferencia de edad, que a él no le preocupa. Pero a mí sí, y ahora me propuso matrimonio. ¿Qué hago?».
Este es el consejo que le dio mi esposa:
«Estimada amiga:
»El casarse es una decisión que cambia la vida y exige mucho más que sentir amor. ¿Cómo administra el dinero esa persona? ¿Tiene deudas? ¿Ha dañado su historial crediticio por gastos excesivos? ¿Cómo es el trato que da a su familia y a sus amistades? ¿Cómo le trata a usted la familia de esa persona? ¿Hay algunas explicaciones de problemas familiares que parecen no tener sentido?
»Al futuro cónyuge, ¿le gusta trabajar? ¿Qué hace para divertirse? ¿Cómo reacciona esa persona cuando está enojada o deprimida? ¿Tiene planes de regresar a la universidad? ¿Quiere ella trabajar fuera del hogar después de que nazcan los niños? ¿Cuántos niños desea él tener? ... ¿A cuál iglesia quiere él que asistan los niños? ... ¿Se pone ella celosa fácilmente? ¿Mira él pornografía?
»Y lo más importante, ¿tiene el futuro cónyuge una relación personal con Cristo que se refleja en sus actitudes, su conducta y su dominio propio? ¿Son la oración y la lectura de la Biblia una parte importante de su vida? ¿Se preocupa por seguir el ejemplo de Cristo en su trato con los demás?
»Todas esas preguntas son mucho más importantes que la diferencia de edad. Una diferencia de diez años acarreará desafíos, pero si todas las otras preguntas tienen respuestas positivas, entonces la edad no es el factor prioritario».