Doble moral
La ciudadanía no debe dejarse engañar ni confundir por los políticos de doble moral que han puesto el grito en el cielo porque el pleno de la Corte Suprema de Justicia falló, a favor el exministro de Seguridad José Raúl Mulino, un Amparo de Garantías Constitucionales, propuesto por sus abogados contra la fiscal tercera anti corrupción, por investigar al funcionario fuera de los términos legales.
La ponente del fallo, es decir la que elabora el proyecto que el resto de los magistrados avalan con su firma, fue Angela Russo, nombrada en el cargo por el actual presidente Juan Carlos Varela.
Llama la atención que esos mismos políticos, enquistados en sus grupos de la llamada “sociedad civil”, alabaron y ponderaron las virtudes de Russo y estuvieron conformes con su designación.
Hoy demonizan a la magistrada, que hace menos de un año aprobaban. El doble rasero del descontento es que esas voces de furia por la decisión de Russo de acoger y fallar la acción constitucional a favor de Mulino, se hubieran convertido en voces de aprobación si el fallo le hubiese sido adverso al exministro.
Ninguno de los que han salido a criticar el fallo, lo ha hecho con fundamentos jurídicos, doctrinales y jurisprudenciales de peso, sino usando argumentos politiqueros y sin sustento conceptual.
Por allí salió un respetable “doctor en derecho”, adornado de muchos títulos, afirmando que a raíz del fallo el pueblo se iba a tirar a la calle, pero no aportó ningún argumento jurídico contra la decisión y nadie se ha tirado a la calle.
La ley es el fiel de la balanza y no podemos ser oportunistas, para creer en ella solo cuando nos favorece y lanzar denuestos, cuando nos es adversa.
A los mercachifles del derecho y la política, dejen la doble moral de apoyar las decisiones de la Corte Suprema, cuando les conviene y de adversarla, cuando no es conviene.