Opinión - 31/1/18 - 12:00 AM

El tiempo

Por: Por: Roquel Iván Cárdenas Catequista -

Existe la experiencia de la distorsión de la percepción del tiempo. Este fenómeno psicológico se da cuando en diversas circunstancias, el tiempo parece transcurrir muy aprisa o mucho más lento. Recordemos alguna circunstancia en la que estamos en una sala de espera y probablemente dos horas nos parecen una eternidad. Pero en otras circunstancias, dos horas parecen que fueron apenas un breve instante. Esto también nos puede ocurrir en el transcurrir de nuestra vida. Es probable que nos ocupemos en tantas cosas que la vida se nos vaya como agua en medio de los dedos, sobre todo cuando no hacemos un alto para meditar quién soy, qué hago, hacia dónde me dirijo. Lamentablemente, hoy en día, la costumbre es vivir la vida de manera vertiginosa y se piensa que las preguntas existenciales de la vida no tienen cabida hoy o que son una pérdida de tiempo. Pienso que por eso san Pablo nos hace la advertencia en 1 Corintios 7,29ss: "Les digo, pues, hermanos: El tiempo es corto. Por tanto, los que tienen mujer vivan como si no la tuviesen. Los que lloran, como si no lloraran. Los que están alegres, como si no lo estuvieran. Los que compran, como si no poseyeran. Los que disfrutan del mundo, como si no disfrutaran. Porque la apariencia de este mundo pasa". Y en Romanos 13,11: "Tengan en cuenta el momento en que viven. Porque es ya hora de levantarse del sueño; que la salvación está más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe".

Cuando tenemos que acudir al funeral de alguien que conocimos muy bien, generalmente hacemos un pequeño esfuerzo por meditar su pasado y podemos percibir cuántas cosas de las que le preocuparon al difunto realmente no valieron la pena.