Evitar
Como siempre, luego de que pasan los problemas, entonces aparecen las soluciones y lo que se pudo hacer y no se hizo a tiempo para evitarlos. No es de extrañar que haya funcionarios que les echen la culpa a otros o inventen razones que a veces dan risa para no asumir sus responsabilidades. Eso no es característica solamente de los panameños. En otros países ocurre lo mismo. Desde hace decenas de años, algunos indicaron la necesidad de sistemas seguros en instituciones de importancia para evitar colapsos que causen grandes daños. Uno conocido es la falta de energía eléctrica. Esto no se justifica en un país que tiene la mayor economía de la región y donde hay plata para todo. Lo sucedido en el aeropuerto de Tocumen avergüenza la modernidad del transporte aéreo. Hace meses volaron unos transformadores viejos y miles quedamos sin energía… Claro que hay eventos que no se pueden evitar. Pero otros sí, especialmente cuando se conocen esas posibilidades.
Todo se debe a la falta de una “cultura de mantenimiento”, sobre todo en instituciones del Gobierno. Esto no es nuevo. Mi mente se va por el “túnel del tiempo”. Eran los años setenta del siglo pasado. Como periodista, hice un reportaje sobre la falta de mantenimiento de artefactos de seguridad en ministerios. Con mis manos arranqué mangueras contra incendios ¡podridas! Revisé extintores vencidos. Tampoco existían planes para evacuar edificios altos en caso de terremoto o incendios. Recuerdo que en Chiriquí, hace años, expertos hicieron un seminario sobre efectos de un terremoto. Dijeron que David sería muy afectada y recalcaron la necesidad de simulacros de evacuación. En el país, algo se hace ahora sobre evacuación, pero falta mucho. No nos explicamos la falta de plantas eléctricas auxiliares para evitar apagones en aeropuertos, hospitales, potabilizadoras, metro, semáforos, etcétera. Esos artefactos cuestan dinero, pero evitarían caos y pérdidas al ocurrir una falla eléctrica.
En las pasadas crisis de energía, varios supermercados y negocios compraron esas máquinas que usan al irse la luz. No será lo mismo que en una situación normal, pero sirve para disminuir efectos negativos. Ni qué hablar de la desconocida palabra “mantenimiento”. Lo último fue con el puente de Villa Lucre. Si no lo chocan, no se dan cuenta de que estaba podrido… Hay que evitar tragedias con revisiones periódicas de instalaciones y maquinarias. Pero el asunto no solo es material. Si los panameños votáramos mejor, evitaríamos la politiquería (Dice reído el Cholito Mesero de Santa Ana que en la Presidencia no hay apagones… ¡porque se trabaja poco!).