Opinión - 10/2/18 - 12:00 AM

Farsa política

Por: Carlos Christian Sánchez Columnista -

Antes de que se convirtiera en la primera superpotencia mundial, Roma pasó por un trauma social sin precedentes. La plebe exigía a los cónsules que permitieran más desahogo ante los excesivos impuestos y la represión de los gobernantes del Lacio. De allí que al llegar la primavera, se decretó la celebración de los Saturnales, la fiesta de la cosecha. Por varios días de farsa, el pueblo que vivía en las riberas del Tíber se desataba en el desenfreno.

Pero Roma no fue la primera en hacer los festivales populares. Fenicia, en lo que es hoy el Líbano, fue la cuna de la celebración de estas fiestas. Los paganos honraban a Baal, del cual proviene el nombre del Carnaval (carne de Baal). Y es que la razón del ser humano es vivir la vida, la relajación. Entre la austeridad y lo sacro, el lado oscuro y permisivo persiste en el alma de cada persona.

Tras 2,500 años, la fiesta pagana se mantiene. Y en Panamá, es una realidad que ningún político puede evitar. Es la mejor fecha para promoverse y ganar popularidad. Aunque para este año hay una veda proselitista, el próximo Martes de Carnaval, en 2019, será el arranque de la campaña de propaganda electoral. Ya me quiero imaginar cómo será ese día, cuando muchos buscarán promover su imagen para los comicios venideros.

Por desgracia, el Carnaval es un periodo para desviar la atención de los problemas nacionales. Mientras la gente vive en pobreza, los gobernantes dan “pan y circo” a las masas con el fin de olvidar las penurias. Sin embargo, el político sabe que el individuo (con poder de voto) tiene la decisión de vetarlo o aprobarlo en un solo día. Por supuesto, para el actual gobierno ñame, se acerca el fin de su mandato y el pueblo espera el momento.

Para algunos, el gobierno de turno es como el rey Momo, aquel personaje elegido para liderar temporalmente la fiesta del Carnaval. Piensa que es el verdadero líder, pero el Martes de Grasa se acaba abruptamente su farra. Lo sacrifican en el entierro de la sardina. Luego, nadie más lo recuerda porque a otro gordo bonachón colocarán en el siguiente pindín.

El mensaje dado por las bancadas del Partido Revolucionario Democrático (PRD) y del Cambio Democrático (CD), al rechazar a las dos candidatas a magistradas de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), es algo similar a lo de destronar al dios Momo. La fiesta de persecución política judicial, utilizando medios de comunicación afines y el “lawfare”, está por terminar. Porque lo que viene es lloriqueo, subida y bajada de escaleras para los ñames después del 1 de julio de 2019.

A los panameños, disfruten sanamente estas fiestas. La parranda es con moderación. Recuerden, cuando manejen, no tomen. Larga vida y prosperidad para todos. Saludos, amigas y amigos todos.