Fuero electoral
Resulta inaceptable la actitud de algunos fiscales de amenazar a los imputados que gozan de fuero electoral, con arrebatarle dicho fuero si no declaran lo que el funcionario quiere.
Tal situación la hizo pública la defensa técnica de Riccardo Francolini, quien denunció que fue presionado para que se despojara voluntariamente de esa garantía electoral-penal, ya que es candidato a convencional en las elecciones internas del opositor partido Cambio Democrático (CD).
El desafío que tiene todo régimen democrático es el de darles a quienes hacen oposición o levanten voces disidentes, todas las garantías para que puedan actuar dentro del quehacer social. La institucionalidad democrática exige que se respete el fuero electoral.
Existen mecanismos legales para iniciar una acción de levantamiento de este fuero en caso de una investigación penal, pero lo que no pueden hacer alegremente los fiscales es andar sugestionando y presionando a quienes son objetos de investigación.
Tales medidas de presión violan el debido proceso y constituyen una forma velada de persecución y amedrentamiento, que no se puede permitir, porque perturba la estabilidad mental del justiciable.
Ojalá que el Tribunal Electoral (TE) no se preste para esta persecución y salga a proteger la institución del fuero penal electoral, que presupone una garantía de que quienes participan en la actividad electoral, no serán perseguido por ello. ¿O será que frente al proceso interno que adelanta el CD, se busca anular algunas facciones para favorecer a dirigentes penetrados por el oficialismo?