Golondrina
Al enterarme de que técnicamente era un migrante “golondrina” en Chile, me sorprendí. Terminaba mis estudios de Sociología en ese país y realizaba investigaciones en libros sobre el fenómeno social de las migraciones. Mi tesis era sobre “Ajuste de estudiantes extranjeros a Chile”. Aprendí que por las razones de salida de sus países ellos se clasifican en: 1) Forzados, 2)Voluntario. Yo había salido en forma voluntaria de mi país. Los Forzados eran aquellos que venían de lugares donde existían malas condiciones de vida y dictadura. Sobre el tiempo de permanencia en el nuevo lugar, los que venían por un periodo fijo se les llamaba “golondrina”. Eran estudiantes y trabajadores con contratos. Al terminar volvían a sus naciones.
Están los que llegan por un tiempo indeterminado. Por lo general han salido de gobiernos dictatoriales y esperan que cambie la situación para regresar. Otros abandonan todo en el sitio donde nacieron y van a otro país a buscar un “mejor lugar bajo el sol”. Y se les considera migrantes permanentes. Por lo general adoptan la nacionalidad de la nueva patria y echan raíces con parejas de allí. Algunos recordarán su tierra lejana y la visitarán cuando puedan. Unos pocos nunca volverán a verla.
He recordado esta parte de mis estudios en Chile, al saber que la Universidad de Panamá dispuso que los alumnos extranjeros paguen una matrícula ocho veces más que los nacionales. Respetando las razones que tuvieron las autoridades para esta medida, considero que es discriminadora porque estudiantes universitarios son todos. Esto lo sustento en mi experiencia educativa de Chile, cuando pagué igual a los nacionales de allí. Agradezco a los gobiernos de los doctores Eduardo Frey Montalva y Salvador Allende, que me trataron sin ninguna diferencia. Solo existía un número fijo (cupos) de extranjeros por salones.
En 43 años de ser profesor de la Universidad de Panamá, tuve bastantes estudiantes extranjeros. En términos generales se esforzaban por las buenas notas y se llevaban bien con sus compañeros. Es falso que la mayoría vienen de familias con dinero. Hace dos años fue mi alumno un extranjero muy entusiasta y con cultura. Me llamó la atención que recogía los periódicos y revistas que les daban a sus compañeros y no los querían leer. Le agradecí el interés por evitar que se perdiera ese material. Serio me confesó que esos periódicos los vendía a una recicladora… ¡para poder comer! (¿Qué pensaría el primer rector, Octavio Méndez Pereira, sobre el aumento de la matrícula a los estudiantes extranjeros?).